Poco que añadir a lo que ya se ha dicho aquí. Esto es un prodigio de película, rodada con una naturalidad grandiosa, con intérpretes que nunca sobreactúan, con una música suave y buena.
Sí, es un poco Mujercitas a lo japonés, igualmente sincera y tierna. Además, un retrato normal de las relaciones humanas en Japón, con muchas inclinaciones y pocas efusiones, pero con unos sentimientos que van por dentro, como un mundo oculto.
Notable, de ese mundo, su apego a la naturaleza, desde la floración de los cerezos, al licor casero de ciruela y a la gastronomía. Todo en detalle, sin aspavientos.
No hay personajes secundarios, todos son importantes. Pero la hermana pequeña es en verdad adorable.
Si estas críticas sirven para informar a quienes no la han visto, solo una palabra: vedla.