"Soy un hombre de palabra".

Personalmente me quedo con esa frase extraída de la escalofriante voz del Joker. Esta película es una grandiosa muestra de que en el cine aún se pueden hacer grandes proezas y hasta milagros (sobre todo si nos adentramos en el cine comercial) en tiempos difíciles y manidos. Se ha dicho tantísimo de esta película que no sabría bien por dónde empezar para que suene relevante. Tan sólo aclarar de entrada que ésta no es una película de un sólo personaje. El Joker es indiscutiblemente la figura destacada, pero también están Batman/Bruce Wayne, Gordon y también Harvey Dos Caras. Sus historias y sus interpretaciones también son dignas de admiración, su narrativa y su sentido de ver y hacer las cosas construye un duelo auténtico entre ellos. Y si encima añadimos una historia magnífica y genialmente llevada, produciendo tanto pavor como admiración, y haciendo que recorramos un viaje del que saldremos tan cambiados como sus protagonistas, entonces estamos ante una grandiosa película que se merece lo mejor de lo mejor, que todo el mundo que pueda la vea y la admire. Tanto por su entretenimiento, como por sus valores intrínsecos y extrínsecos. Un entretenimiento brillante, profundo, admirable y maestro.