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Voto de VALDEMAR:
2
6,9
39.470
10 de abril de 2012
16 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Qué significa “más allá de la pasión”? Qué ganas de ponerse tremebundos. Aquí pasión, poquita. Qué cosa más sosa y tediosa.
Resulta que una pobre criatura inocente (es decir, una niña repelente) entra en shock una buena noche. Y no es para menos. En un plazo de no más de dos horas se ve expuesta a la lectura de una carta obscena y presencia dos fornicios de lo más incómodos de mirar, uno por circense y otro por execrable. Claro, a la niña esto le afecta, y reacciona mal.
La secuencia de la pasión no difiere mucho de un documental de la 2, de esos divertidos, que hable sobre el apareamiento del bicho palo:
Los insectos neópteros se aparean adoptando una postura propia de acróbatas. El macho se acopla al torso de la hembra y la eleva en volandas en busca de su conducto sexual. La hembra, pues, busca algo a donde agarrarse, así que estira sus extremidades hasta pillar, en este caso (ya que el apareamiento sucede en una biblioteca), un buen libro que amarrar para no caerse. Esto es tan peculiar como agarrarte a tu propia oreja durante un tropezón para evitarte la caída, que te caes igual, pero a la hembra palo sí que le funciona, dada su escasa masa corporal, inferior al peso del libro, por lo que se ve.
La peli consta de dos partes, la primera y la segunda, obviamente. La primera es algo más interesante que la segunda, pero no mucho. Consciente de esto, en la segunda el director mete constantes moviolas de la primera y se curra un largo travelín, que resulta un tostón.
En la primera parte, eso sí, hay una secuencia de lo más vistoso, que transcurre en una habitación con cuatro personajes pelirrojos juntos, a cada cual más asquerosito. Tres de los pelirrojos son consanguíneos, y el otro es un extraño. De los consanguíneos, dos son gemelos, y dan repeluzno. Parece que se los haya engendrado Satanás a Pippi Calzaslargas, con el beneplácito del mono. La otra consanguínea es la hermana de los gemelos, una lolita golosa. Y luego está el extraño, un chocolatero que reparte chuches con lascivia, y que es el único mínimamente interesante de la función, sobre todo cuando sale en bañador, que en realidad es un disfraz de forzudo. Expiación debiera de hacer el de vestuario, por su crueldad injustificada para con los pobres actores.
La historia carece de pasión, y lo que pretende ser amor, más parece un tonto caprichín. El montaje es un suplicio y los personajes unos necios repelentes a los que apetece atizar, sin excepción, más allá de un coscorrón.
Resulta que una pobre criatura inocente (es decir, una niña repelente) entra en shock una buena noche. Y no es para menos. En un plazo de no más de dos horas se ve expuesta a la lectura de una carta obscena y presencia dos fornicios de lo más incómodos de mirar, uno por circense y otro por execrable. Claro, a la niña esto le afecta, y reacciona mal.
La secuencia de la pasión no difiere mucho de un documental de la 2, de esos divertidos, que hable sobre el apareamiento del bicho palo:
Los insectos neópteros se aparean adoptando una postura propia de acróbatas. El macho se acopla al torso de la hembra y la eleva en volandas en busca de su conducto sexual. La hembra, pues, busca algo a donde agarrarse, así que estira sus extremidades hasta pillar, en este caso (ya que el apareamiento sucede en una biblioteca), un buen libro que amarrar para no caerse. Esto es tan peculiar como agarrarte a tu propia oreja durante un tropezón para evitarte la caída, que te caes igual, pero a la hembra palo sí que le funciona, dada su escasa masa corporal, inferior al peso del libro, por lo que se ve.
La peli consta de dos partes, la primera y la segunda, obviamente. La primera es algo más interesante que la segunda, pero no mucho. Consciente de esto, en la segunda el director mete constantes moviolas de la primera y se curra un largo travelín, que resulta un tostón.
En la primera parte, eso sí, hay una secuencia de lo más vistoso, que transcurre en una habitación con cuatro personajes pelirrojos juntos, a cada cual más asquerosito. Tres de los pelirrojos son consanguíneos, y el otro es un extraño. De los consanguíneos, dos son gemelos, y dan repeluzno. Parece que se los haya engendrado Satanás a Pippi Calzaslargas, con el beneplácito del mono. La otra consanguínea es la hermana de los gemelos, una lolita golosa. Y luego está el extraño, un chocolatero que reparte chuches con lascivia, y que es el único mínimamente interesante de la función, sobre todo cuando sale en bañador, que en realidad es un disfraz de forzudo. Expiación debiera de hacer el de vestuario, por su crueldad injustificada para con los pobres actores.
La historia carece de pasión, y lo que pretende ser amor, más parece un tonto caprichín. El montaje es un suplicio y los personajes unos necios repelentes a los que apetece atizar, sin excepción, más allá de un coscorrón.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
A ver si me he enterado bien:
El chocolatero organiza una batida en busca de los gemelos fugados, por lo que es plenamente consciente de que la zona está siendo registrada por un montón de gente, linterna en mano. No obstante, decide que es el mejor momento para metérsela doblada y a traición a la niña pelirroja, y claro, en medio del acto se ve sorprendido por la indiscreta luz de una linterna. En vez de esconder la cara, mira directamente hacia la luz, exponiendo su identidad al delito y sus ojos al cegamiento y así, cegato, corre monte para arriba mientras se guarda la chorra y sin tropezar, que tiene mérito. El espectador, tirando de puro sentido común, piensa que el facineroso se ha fugado, pero no. En la siguiente secuencia le vemos repanchingado en el salón, sobando panza arriba, tan a gusto, mientras todos los demás están inquietos y dolientes por lo acontecido. 5 años después, esperando a su mayoría de edad, imagino, el chocolatero contrae nupcias con la pelirroja… que esto ya sí que no me cuadra…
El tío es un santo varón si le comparamos con la niña rubia, que habiendo visto la cara del violador, prefiere dejar impune al bellaco y cargarle el delito al noviete de su hermana, porque está celosilla…
… no sé… yo esta película no la entiendo. Es todo como muy tonto… ¿no?
El chocolatero organiza una batida en busca de los gemelos fugados, por lo que es plenamente consciente de que la zona está siendo registrada por un montón de gente, linterna en mano. No obstante, decide que es el mejor momento para metérsela doblada y a traición a la niña pelirroja, y claro, en medio del acto se ve sorprendido por la indiscreta luz de una linterna. En vez de esconder la cara, mira directamente hacia la luz, exponiendo su identidad al delito y sus ojos al cegamiento y así, cegato, corre monte para arriba mientras se guarda la chorra y sin tropezar, que tiene mérito. El espectador, tirando de puro sentido común, piensa que el facineroso se ha fugado, pero no. En la siguiente secuencia le vemos repanchingado en el salón, sobando panza arriba, tan a gusto, mientras todos los demás están inquietos y dolientes por lo acontecido. 5 años después, esperando a su mayoría de edad, imagino, el chocolatero contrae nupcias con la pelirroja… que esto ya sí que no me cuadra…
El tío es un santo varón si le comparamos con la niña rubia, que habiendo visto la cara del violador, prefiere dejar impune al bellaco y cargarle el delito al noviete de su hermana, porque está celosilla…
… no sé… yo esta película no la entiendo. Es todo como muy tonto… ¿no?