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España España · Valencia
Voto de Rath:
5
Shine a Light
2008 Estados Unidos
Documental, Intervenciones de: Mick Jagger, Keith Richards, Ronnie Wood ...
6,6
3.112
Documental Documental sobre los Rolling Stones. Un acercamiento riguroso, deslumbrante, divertido y profundamente humano al pasado y al presente de los cuatro miembros de la banda. Excelente equipo técnico en el que destacan los directores de fotografía Robert Richarson (Aviador, JFK), Mitch Amundsen (Misión Imposible 3), Stuart Dryburgh (El Piano), Robert Elswit (Buenas Noches, Buena Suerte), Ellen Kuras (Olvídate de Mí), Andrew Lesnie (EL Señor ... [+]
19 de abril de 2014
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por empezar de alguna forma, decir que tras cuarenta años de contemplar las habituales y similares gesticulaciones y contoneos de Jagger en escena, la mera idea de revivirlos está, por fuerza, mucho más próxima al aburrimiento que a la emoción.

Si a esto se añade que el documental de Scorsese sobre los Stones es -como no podría ser de otra manera- un documental “de autor”, ya entramos en el terreno de lo absolutamente previsible. Empezando por sus primeros diez-quince minutos, se asiste a una nueva muestra del muy particular histrionismo de su realizador (debe ser lo único que no le mengua a este hombre con la edad) al punto de que, por un momento, no se sabe si el protagonista del documento es el grupo inglés o el propio Scorsese. Con todo, la apoteosis narcisista queda reservada (¿qué mejor modo de rematar el espectáculo?) para su “brillante” conclusión. El sello de la casa de principio a fin. No obstante, también es de reconocer que en lo referente a la realización en general, al envoltorio industrial -con gran plantel de técnicos muy cualificados-, así como a su eficaz puesta en escena: encuadres, movimientos de cámara, etc., por momentos se mejora la simple corrección.

Mención aparte merecen otras concesiones: ¿qué pintan el discursito de Bill Clinton (el teatro parecía convertirse en parroquia) y la chirriante Christina Aguilera sobre el escenario, aunque sólo fueran cinco minutos por cabeza? Con todo ello -imposible obviar que nos hallamos en EEUU- no puede sorprender que el público no se menee ni medio palmo sobre su eje corporal ni que la primera fila esté copada por veinteañeras tan guapitas como sosonas. Fórmulas de estudio televisivo y campaña electoral. Todo muy calculado y contenido. Pura mercadotecnia.

El apartado musical tampoco reserva apenas alguna sorpresa. Supongo que quienes no conocieron en persona los primeros tiempos del mítico grupo – ’60 -´70 – o los que no han llegado a la cuarentena, pueden contemplar el espectáculo con mayor benevolencia por falta de perspectiva temporal. En parte, lamento no poderme encuadrar en este grupo y remito, para abreviar, al comienzo de la crítica. La actuación rollingstoniana, por el mismo tiempo transcurrido -y por respeto a la edad y la obstinación- la dejaría en apañadita. Con sus altibajos decibélicos y cualitativos (aquí siempre se incluyen los gustos personales): un tema rápido seguido de otro más bien lento. Entre estos últimos es de agradecer la inclusión de “As Tears Go By”. Jagger lo anuncia reconociendo que hacía mucho tiempo que no la tocaban “por vergüenza”. Vale la pena volver a escuchar una de las letras más inspiradas, como un recitado poético, de sus comienzos musicales. Hasta se atreven con “Sympathy for the Devil”, aunque esto sólo nos lleve a recordar que nos encontramos a muchos kilómetros -y casi aún más años- de Altamont.

También reseñar como aspecto positivo, la inclusión de breves cortes de antiguos vídeos de archivo sobre el grupo (actuaciones y entrevistas), alguno bastante curioso. Y constatar que el único que aguanta el tipo y el peso del instrumento es el buenazo del batería. Sigue siendo el mismo tipo humilde de siempre. Charlie: time is on your side. Lástima no contar ya para esta ocasión con el otro genio en la sombra, el bajista Bill Wyman.
Rath
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