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España España · MÓSTOLES
Voto de Lucman:
9
Drama Docuficción sobre el taller teatral que organiza en la cárcel romana de Rebibbia el director Fabio Cavalli, que ensaya con los presos obras de Shakespeare. Los ensayos y la representación final del "Julio César" se alternan con la vida cotidiana de los reclusos. (FILMAFFINITY)
27 de noviembre de 2012
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asesinato en Rebibbia"

"Estos actores, han aportado la experiencia terrible de su vida" (Paolo Taviani). Certeras palabras que definen el sentimiento de un film descarnado, austero, vivo, sin fáciles concesiones ni retórica victimista. Un lugar donde no se esconden el fraude o la mentira. Sentimiento vivo de unos reos sometidos a largas condenas por delitos que en algunos casos llegaron hasta el crímen. Una bocanada de aire fresco para quienes se ahogan en el aire viciado de sus condenas.
Es la humanidad de estos asesinos -por muy paradógico que nos resulte- donde radican el valor y la fuerza de la pelicula.

Los Taviani optan por una versión muy libre del drama shakesperiano: "Julio Cesar". No he querido evitar un paralelismo entre este film y versión magnífica y ya lejana de Mankiewicz, y lo sorprendente ha sido no poder otorgar la supremacia a ninguna. Frente a la sobria elegancia de una puesta en escena impecable, el sombrio redil de un presidio romano. Junto a la belleza solemne y estoica de un Bruto de matices admirablemente contenidos (James Mason), el dramatismo intenso y desolador del preso de Rebibbia. Al lado de la juvenil belleza de un Marco Antonio pletórico de venganza (Marlón Brando), el insolente desafio de un hombre del pueblo castigado por la vida y abatido ante el cuerpo inerte de su mentor asesinado. Sin olvidar a: Cesar, Casio, Metelo, el Adivino...

Un planteamiento técnico de secuencias cortas y de realismo pleno, donde contemplamos la sordidez del lugar en la que unos hombres alcanzan su momento de libertad a través de la ficción de unos personajes. Me sorprende el márgen de autonomía que el "director" concede a sus "actores", mezclando sus querellas personales con sus papeles del drama, otro acierto más de estos dos veteranos cineástas.

El contrapunto de ruidos, gritos y música acosan los sentidos del espectador sin darle tregua a distanciarse de lo que allí sucede, haciéndole ser "casi" uno más de esos reos comparsas que gritan en la crispación de sus rejas envidiando la fortuna de los elegidos.

El tormento libera a través del tormento, porque en el alma del teatro también habita la esencia de la vida.

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Lucman
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