Estrenada el año pasado en gran parte del orbe, llega con algo de retraso a los cines de Latinoamérica, “Chef”, el último trabajo escrito y dirigido por Jon Favreau (“Iron Man”, “Cowboys & Aliens”), que realiza su primera comedia familiar, apoyado por gran parte de sus amigos con los que suele trabajar regularmente.

Favreau, que también protagoniza, es Carl Casper, un destacado chef quien, tras perder su trabajo, se ve en la necesidad de aceptar la oferta de su ex esposa de meterse en la venta de comida ambulante, consiguiendo con esto, acercarse más a su hijo Percy (Emjay Anthony), cuya relación estaba bastante distanciada.

La cinta no pretende ser más que una liviana y entretenida comedia familiar muy bien caracterizada por elementos latinos y con platos y comidas en pantalla que no hacen más que condimentar una película contada con sencillez y sin grandes recursos, fuera de apelar a la comedia y el mensaje familiar, muy al estilo norteamericano y su eterna estructura de lo que es el amor bien constituido.

El buen gusto, la frescura y la calidez, tanto de la historia como de sus personajes, son sin duda lo más positivo de “Chef”, que tienen a Jon Favreau, al pequeño Emjay Anthony y a John Leguizamo como el trío estrella que se roba la película, el primero como un padre despreocupado, trabajólico y amante de la cocina; el segundo como el hijo que ama a su padre sin condiciones, a pesar de los errores que este pueda haber cometido; y el tercero como el amigo de raíces latinas –también cocinero- de Carl, su mano derecha y dispuesto a dejarlo todo por acompañarlo en su nueva aventura. Todo el peso cómico y dramático cae en los hombros de estos tres actores, destacando Leguizamo, el eterno actor secundario que nos tiene acostumbrados a papeles a su medida, de una espontaneidad envidiable y una gracia que pocos tienen, y la gran sorpresa que resulta ser Emjay Anthony, un pequeño actor de 12 años que, probablemente, lo veamos en un par de años más protagonizando la taquilla norteamericana por su capacidad innata de interpretar frente a las cámaras.

La participación de Scarlett Johansson, Dustin Hoffman y Robert Downey Jr., terminan sin ser más que simples cameos, con papeles terciarios que poco y nada contribuyen al desarrollo de la historia, excepto por el objetivo comercial por el que fueron considerados por Favreau, amigo personal de todos ellos. Situación similar ocurre con Sofia Vergara, que interpreta a Inez, la ex esposa de Carl, a la que amamos en “Modern Family”, pero que en esta ocasión no deja de posar ante la cámara en cada una de sus apariciones.

La cinta tiene grandes aciertos, como la inclusión del uso de las redes sociales como un protagonista más y parte fundamental en la historia, además de la ya mencionada frescura que se respira en el filme, tanto por las saborizantes imágenes de exquisitos platos y comidas, como por el guion, el que si bien no presenta ningún grado de profundidad, está basado en largos diálogos y situaciones graciosas e inesperadas, de evocación instantánea con la escuela de Woody Allen y sus eternos y analíticos parlamentos, que divierten y concentran el peso narrativo de la cinta.

“I like it like that” en la versión de Pete Rodríguez, “Que se sepa” de Roberto Roena y “A Message to you Rudy” de Carlton Livingstone son algunos de los sonidos que le otorgan a “Chef” la sazón latina perfecta para una historia donde el corazón está puesto en la relación entre Carl y su hijo, y un evidente mensaje de unidad familiar, que puede terminar oliendo a una involuntaria sátira mal ejecutada sobre la utopía del sueño americano, llena de estereotipos y malas jugadas, pero que terminan siendo superadas principalmente por la liviandad con la que se trata el tema y la poca pretensión del director. Sin ser trascendental, muy recomendada para pasar un buen rato.


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