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Chile Chile · www.elotrocine.cl
Voto de Wladimyr Valdivia:
8
Drama Tras un inocente juego en la playa junto a sus compañeros de clase al comienzo del verano, la vida de cinco jóvenes hermanas huérfanas de un pequeño pueblo turco cambia radicalmente. Disgustados por la supuesta inmoralidad en el comportamiento de las chicas, su abuela y su tío deciden tomar medidas que garanticen la virginidad y pureza de las cinco hermanas, así como precipitarlas hacia su destino de futuras esposas. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2016
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nominada a la mayoría de premios en todo el orbe y considerada una de las mejores películas europeas del 2015, la directora turca Deniz Gamze Ergüven debuta con su primer largometraje, una coproducción francesa-turca-alemana conformada también por actores y actrices nóveles, sobre la patriarcal sociedad turca y su impacto en la nueva generación.

Lale (Günes Sensoy) tiene doce años, es la menor de cuatro hermanas y quien nos cuenta la historia desde su perspectiva. Todas ellas son menores de edad y sólo quieren disfrutar la vida y explorar su femeneidad, seguras de la lejanía con las nefastas tradiciones. Ante la ausencia de sus padres, su abuela (Nihal G. Koldas) y su tío Erol (Ayberk Pekcan) se hacen cargo de todas, bajo una estricta crianza a la usanza de las familias más costumbristas y conservadoras de Turquía. Un día, un juego en la playa detona un severo control por parte de su tío, retirándolas del colegio e iniciando prematuramente su educación para convertirlas en buenas amas de casa y buscándoles maridos, a pesar de la corta edad de todas.

Más de 1.100 mujeres han sido asesinadas en Turquía en los últimos cinco años sólo por su condición de féminas. La organización social turca -antes otomana- colocaba a las mujeres en un rígido sistema patriarcal tradicional, y lo sigue haciendo. Sus derechos civiles siguen siendo extremadamente limitados y, a pesar de los nacientes movimientos feministas, la violencia y la degradación a la mujer impuesta por valores ortodoxos, sigue latente en el país europeo. ‘Mustang’, su directora y su encantador reparto, nos regalan un trocito de esperanza como espectadores por un mundo mejor y para todas quienes quieren dejar sus velos y largas faldas en el armario para gritarle al mundo la libertad que también les corresponde. Lale (Günes Sensoy), Nur (Doga Zeynep), Ece (Elit Iscan), Selma (Tugba Sunguroglu) y Sonay (Ilayda Akdogan) son el rostro de una generación que le hace frente a la inconsciencia desde inicios del nuevo siglo, en un país en donde recién hace 15 años el Código Civil reconoció la igualdad entre hombres y mujeres. Pero hay rincones de Turquía donde la violencia ya está normalizada y los más grandes parecen sacados de otra era.

‘Mustang’ duele y cala hondo. La directora consigue, con particular simpleza, contar una historia cruda y dramática, un retrato familiar disfuncional que para muchos podría parecerle imposible su existencia. El quinteto de protagonistas iluminan la pantalla con la belleza salvaje que le da título a la cinta y una frescura y naturalidad que entretiene, a ratos conmueve, y en otros nos provoca poder estar ahí para unirnos a su causa. El guión no deja nada al azar y es capaz de contarnos en 97 minutos una batalla por esa ansiada libertad, dejándonos claro los evidentes intereses de las adolescentes, el duro camino hacia la madurez, el contexto en que su historial familiar se desarrolla y, como no, la posición de una gran fracción de turcos que se desenvuelve en una dictadura social de género, donde el hombre es quien decide y las mujeres han normalizado dicha aceptación.

La necesidad de escapar del encierro las obliga a las hermanas a crear y a crecer. Una pequeña revolución ante la crisis cultural. El desamparo de pequeñas mujeres unidas por el amor que no quieren ser explotadas, violentadas ni separadas, y una evidente reflexión acerca del rol de la mujer en sociedades que aún no dan todos sus pasos, a pesar de sus avances en otros términos, es lo que la directora logra componer, con una fotografía tan limpia como sobrecogedora y un trabajo de producción y montaje poco ostentoso, que vuelve a la cinta mucho más real y cercana.

Es innegable su símil con ‘The Virgin Suicides’ (1999) de Sofia Coppola, sin embargo, el conservadurismo de la familia Lisbon respondía a factores mucho más personales y ajustados a la época. ‘Mustang’, en ese sentido, es el fiel reflejo de una sociedad cegada por una cultura arraigada que trasciende cualquier derecho humano y expresión de libertad, en donde la mujer por fin está logrando alzar su voz en una sociedad 99% musulmana y que, al día de hoy, recién está siendo escuchada. Una joya imperdible entre tanta basura que, a veces, llamamos “cine”.


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Wladimyr Valdivia
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