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Voto de Ferdin:
8
7,3
5.866
Western
El explorador Cable Hogue es abandonado en medio del desierto por sus crueles compañeros Taggart y Bowen, que le arrebatan la montura, el rifle y las provisiones. Después de caminar bajo un sol implacable durante cuatro días, cuando ya está al borde del colapso, nota que sus botas están húmedas... (FILMAFFINITY)
18 de mayo de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante y notable pero no redondo (supongo que por problemas de producción, censura o ambas cosas) western crepuscular que muestra a un Peckinpah nostálgico, relajado y pese a la melancolía mucho más positivo que en "Grupo Salvaje". Aquí también hay personajes viviendo un tiempo que ya no es el suyo, pero no avanzan inexorablemente hacia el fatídico destino entre litros de alcohol y burdeles como Pike Bishop y sus amigos.
Tampoco hay apenas violencia, ni tiros ni sangre, en una película que es una curiosa mezcla de western, comedia y romance; de hecho, es uno de los westerns más románticos que he visto, con esas preciosas escenas entre Cable y Hildy cantando mientras se bañan, hablando o en la cama, todo acompañado de baladas inequívocamente sesenteras-setenteras.
La película sería otra sin Jason Robards, un extraordinario actor que encarnaba como nadie a los tipos errantes de mirada cansada y polvo del desierto hasta en el sobaco. También es cierto que su Cable debe muchísimo a su entrañable Cheyenne dos años antes en la inmarcesible "Hasta que llegó su hora". Peckinpah supo verlo bastante bien y son dos personajes similares (spoiler). Aunque aquí sí hay amor y Hogue sí intima con la lumi, una despampanante Stella Stevens.
Algunos golpes humorísticos son bastante buenos, como cuando Hogue les dice a sus clientes lo que están comiendo realmente, o las manos largas toqueteando y besando a las mujeres de ese predicador con dudas encarnado por un gran David Warner, aunque otras no son tan acertadas, como las escenas a cámara rápida, indescriptibles y extrañas.
Lo cierto es que el tono ligero se va difuminando en el último tramo, cuando aparece el automóvil que simboliza el fin de una era (un coche, todo hay que decirlo, demasiado moderno para la época en la que supuestamente se ambienta la película) y el comienzo de otra (spoiler) y con ese final lleno de trascendencia, con el sermón del predicador y con alguna genial imagen presta a diversas interpretaciones: el coyote con el collar puesto.
Tampoco hay apenas violencia, ni tiros ni sangre, en una película que es una curiosa mezcla de western, comedia y romance; de hecho, es uno de los westerns más románticos que he visto, con esas preciosas escenas entre Cable y Hildy cantando mientras se bañan, hablando o en la cama, todo acompañado de baladas inequívocamente sesenteras-setenteras.
La película sería otra sin Jason Robards, un extraordinario actor que encarnaba como nadie a los tipos errantes de mirada cansada y polvo del desierto hasta en el sobaco. También es cierto que su Cable debe muchísimo a su entrañable Cheyenne dos años antes en la inmarcesible "Hasta que llegó su hora". Peckinpah supo verlo bastante bien y son dos personajes similares (spoiler). Aunque aquí sí hay amor y Hogue sí intima con la lumi, una despampanante Stella Stevens.
Algunos golpes humorísticos son bastante buenos, como cuando Hogue les dice a sus clientes lo que están comiendo realmente, o las manos largas toqueteando y besando a las mujeres de ese predicador con dudas encarnado por un gran David Warner, aunque otras no son tan acertadas, como las escenas a cámara rápida, indescriptibles y extrañas.
Lo cierto es que el tono ligero se va difuminando en el último tramo, cuando aparece el automóvil que simboliza el fin de una era (un coche, todo hay que decirlo, demasiado moderno para la época en la que supuestamente se ambienta la película) y el comienzo de otra (spoiler) y con ese final lleno de trascendencia, con el sermón del predicador y con alguna genial imagen presta a diversas interpretaciones: el coyote con el collar puesto.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Cable Hogue y Cheyenne se parecen tanto que hasta sus muertes son tontas, absurdas, ridículas. Mientras Cheyenne lo hace por culpa de un mindundi y tirado como un pobre perro después de pedirle a Armónica que se vaya, Cable muere tras ser atropellado por el automóvil tras salvar a uno de los tipos que le traicionó al principio de la película. Aún así esta muerte tiene más simbología, ya que el coche mata a un hombre libre que vivía del desierto, de las diligencias y del agua de la tierra.