Flojito de verdad, este drama más o menos intimista del manchego; Penélope pretende remedar a grandes como Ana Magnani o Sofía Loren en un intento claramente desmedido, dadas sus capacidades artísticas. Un guión muy regular, con escasos destellos interesantes, y un montón de caras conocidas procedentes de la televisión, como Blanca Portillo, que hacen lo que pueden por levantar unos diálogos bastante pobres. Tiene tres puntos que salvan el conjunto del suspenso:
1. La interpretación magistral de esa "vieja chica Almodóvar", que es Carmen Maura, bordando un estupendo papel, mitad fantasma, mitad madre coraje.
2. La espléndida fotografía de José Luis Alcaine
3- La no menos esplendorosa música de Alberto Iglesias.

No hay mucho más que destacar, en una película que se podría inscribir dentro de las de la clase media de la filmografía almodovariana.