Este docudrama hecho para televisión (y premiado en su día por la Academia alemana) ha significado para mí una pequeña decepción, ya que tenía noticias interesantes acerca de su calidad, y más coincidiendo con el estreno de la superproducción americana dirigida por Brian Singer y protagonizada por Tom Cruise en el papel de Stauffenberg.
A pesar de tener una concepción pulcra, habitual en este tipo de productos alemanes, la historia de este grupo de oficiales nazis que conspiran y atentan contra el Führer se queda nada más que en buenas intenciones, pretende abarcar demasiado en muy poco metraje, con lo que las múltiples subtramas quedan, en ocasiones, apenas insinuadas. No obstante hay que reconocer que tiene sus cositas positivas, como la ambientación, tanto de personajes como de lugares, precisamente en lo que suelen naufragar películas más ambiciosas.
También me ha gustado el trabajo de todos los actores, especialmente el muy competente Sebastian Koch, encarnando al protagonista, atrapado entre la lealtad a su patria y el absurdo sometimiento del Estado a su dictador.