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Estados Unidos Estados Unidos · New York
Voto de Lucien:
6
Comedia. Drama Skippy (Jackie Cooper) es un niño de nueve años que no para de hacer travesuras. Su amigo Sooky, un niño pobre, le acompaña en sus aventuras. (FILMAFFINITY)
2 de febrero de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película tierna y curiosa, ya algo trasnochada, pero que mantiene su encanto gracias a la actuación de sus dos pequeños protagonistas. La historia no tiene demasiada miga. Skippy es un chico algo díscolo, procedente de una familia bien asentada gracias al renombre obtenido por el cabeza de familia, el Doctor Skinner. En cierta ocasión conoce a una pequeña llamada Suky, la cual tiene un perro ilegalmente allá por el barrio marginal. Entre juegos de palabras, peleas infantiles y ratos con su mascota trascurre la primera mitad de la película. El punto de ruptura se produce cuando, acusados de romper el cristal de un auto, el dueño cobra venganza llevando el animal a la perrera. Todo lo que acontece a continuación es la odisea de los chicos por conseguir tres dólares míseros que rescaten al perro.

Más allá de lo bobalicón del asunto, hay elementos a tener en cuenta: la crítica social un poco dickensiana que se deduce del contraste entre la generosidad de algunos pobres y la avaricia de algunos ricos; el nombre de Skippy (que hace referencia al modo en que el protagonista se salta -skip-, trasgrede los estratos y convenciones sociales), la referencia a Skinner (nada casual) en medio de unos años marcados por una educación aún conductista (estímulo-respuesta); el espejo social y moral que se deduce de la fidelidad de los perros, etc...

Aún así, son las actuaciones de los críos lo que salva el film. Es difícil no conmoverse ante la imagen de esa Suky desaliñada y triste, o sorprenderse ante ese Pre-Mickey Rooney tan anticipadamente maduro. Esa ingenuidad que muy bien puede ser vista como mera bisoñez, tiene, al tiempo, un elemento añadido de cierta novedad. Hoy increíblemente no se permitiría un film en que los niños se pegaran, los perros tropezaran lastimosamente con una cuerda mal tirados por críos o asistiéramos a un agridulce final. A su manera, y en medio de alguna que otra sonrisa que nos arranca la versión original, la película es menos condescendiente de lo que parece en su trasfondo e incluso se permite alguna que otra escena bien filmada. En fin, película que perdura por su Oscar y por la imagen de dos chicos (Skyppy y Suky) caminando juntos, pensado ingenuamente que: "Anything whatosoever is possible".
Aunque no sea cierto.
Lucien
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