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España España · Ciutadella de Menorca
Voto de Joan:
10
Comedia Años 50. Villar del Río es un pequeño y tranquilo pueblo en el que nunca pasa nada. Sin embargo, el mismo día en que llegan la cantante folclórica Carmen Vargas y su representante, el alcalde (Pepe Isbert) recibe la noticia de la inminente visita de un comité del Plan Marshall (proyecto económico americano para la reconstrucción de Europa). La novedad provoca un gran revuelo entre la gente, que se dispone a ofrecer a los americanos un ... [+]
30 de diciembre de 2007
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad es que no tienen nada que ver la gran obra maestra de Berlanga con el inmortal film de Bogart, pero se trata de nuestra GRAN película patria.

Un fresco sobre un pueblecito cualquiera, rural, con su alcalde, su noble, su pregonero, su maestra, su cura, etc. Un gran retrato coral de ácidos ingredientes y mirada, en torno a las ilusiones y al revuelo -canción de bienvenida incluída- que se provoca en un tranquilo paraje campestre ante la inminente llegada de unos ultramares trasuntos de los Reyes Magos a una España de posguerra en la que su gente se las apañaba como buenamente podía. Una gente de un pueblecito, Villar Del Río, devenida de repente en una "compañía teatral" en representación de un folklore admirado por exótico allende los mares. Inolvidables personajes, principalmente ese alcalde sordo inmortalizado por el magnífico Pepe Isbert, a la cabeza tanto del pueblo como de la película en sí misma. La parte de los sueños de los habitantes del pueblo, de lo más hilarante (ver SPOILER).

Apuntar que se rodó en la localización real de Guadalix de la Sierra, localidad famosa hoy en día por el dudoso honor de ser escenario de esa maniquea y nauseabunda reunión televisada de vagos, cumbre de la podredumbre televisiva, con irrisorias, patéticas y pretenciosas ínfulas científicas -pues es calificado de "experimento sociológico"- con una presentadora a la altura de sus bajísimas circunstancias. Penoso, realmente penoso y vomitivo que la audiencia apoye a fusilables espacios como éste.

Permítanme ponerme utópico: ¡Hagamos frente a esta pestilente programación, apagando la tele, poniendo DVDs o poniendo espacios de calidad! Ojalá que la audiencia les bajara tanto que tuvieran que quitarlos sin remedio de la enfermiza programación.

Como diría, a buen seguro, Leónidas sobre el tema: ¡¡¡ESPARTANOS!!! ¡Que nuestros mandos a distancia sirvan no de báculo de apoyo a la basura, sino de lanza para atravesarla!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Joan
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