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Rep. Dominicana
Voto de Kaori:
2010 
48.404
Animación. Fantástico. Aventuras. Infantil
Ambientada en el mítico mundo de los rudos vikingos y los dragones salvajes, y basada en el libro infantil de Cressida Cowell, esta comedia de acción narra la historia de Hipo, un vikingo adolescente que no encaja exactamente en la antiquísima reputación de su tribu como cazadores de dragones. El mundo de Hipo se trastoca al encontrar a un dragón que le desafía a él y a sus compañeros vikingos, a ver el mundo desde un punto de vista totalmente diferente. [+]
28 de diciembre de 2013
14 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
No quiero más animación en la que:
El protagonista sea un soso marginado, además de feo a no poder más, que no vale para nada.
La protagonista sea una insoportable que tiene que demostrar lo chula y bruta que puede ser una persona.
Los niños/adolescentes se comporten como quinquis pirados y barriobajeros, o bien como adultos vulgares.
Se digan palabras como «super», «mega» o «mola».
El esquema de la historia consista en que el marginado quiere el triunfo en determinada actividad para la que es un negado. Y que triunfe. Y que todos le obedezcan como un gran líder, sin serlo.
Los seres fantásticos se conviertan en mascotas y lo superior se humille ante lo inferior. Esto me duele, me duele mucho. ¿Cómo se atreven estos mindunguis a tratar de esta manera a seres tan poderosos?
Los adultos sean estúpidos e ignorantes, y los jóvenes sabios y salvadores.
Haya secuencias donde la gente vuele y se caiga por los aires. Cortesía del 3-D.
No muera nadie aunque estén todos en peligro de muerte. Repetidas veces.
Se implante la ley del mínimo esfuerzo. Hipo estudia el mundo de los dragones en una noche y sólo necesita un día para hacerse amigo de Destentado.
Nadie llore.
Puede que omitiendo todos estos detallitos, la animación recupere algo de su imprescindible encanto. «Cómo entrenar a tu dragón», que no cae en el pleno aburrimiento, te ofrece un tópico tras otro. Yo a estos vikingos les diría que los dragones no son suyos; que los dejen libres, tal y como siempre han sido. Vaya abuso.
El protagonista sea un soso marginado, además de feo a no poder más, que no vale para nada.
La protagonista sea una insoportable que tiene que demostrar lo chula y bruta que puede ser una persona.
Los niños/adolescentes se comporten como quinquis pirados y barriobajeros, o bien como adultos vulgares.
Se digan palabras como «super», «mega» o «mola».
El esquema de la historia consista en que el marginado quiere el triunfo en determinada actividad para la que es un negado. Y que triunfe. Y que todos le obedezcan como un gran líder, sin serlo.
Los seres fantásticos se conviertan en mascotas y lo superior se humille ante lo inferior. Esto me duele, me duele mucho. ¿Cómo se atreven estos mindunguis a tratar de esta manera a seres tan poderosos?
Los adultos sean estúpidos e ignorantes, y los jóvenes sabios y salvadores.
Haya secuencias donde la gente vuele y se caiga por los aires. Cortesía del 3-D.
No muera nadie aunque estén todos en peligro de muerte. Repetidas veces.
Se implante la ley del mínimo esfuerzo. Hipo estudia el mundo de los dragones en una noche y sólo necesita un día para hacerse amigo de Destentado.
Nadie llore.
Puede que omitiendo todos estos detallitos, la animación recupere algo de su imprescindible encanto. «Cómo entrenar a tu dragón», que no cae en el pleno aburrimiento, te ofrece un tópico tras otro. Yo a estos vikingos les diría que los dragones no son suyos; que los dejen libres, tal y como siempre han sido. Vaya abuso.
