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España España · Málaga
Voto de Kaori:
8
Drama. Comedia Judah y Clifford son dos hombres enfrentados a sendos dilemas morales de diferente gravedad. Cuando Judah, un reputado oftalmólogo, pretende poner fin a su relación extraconyugal, su amante lo amenaza con arruinar su vida contándoselo todo a su esposa; según su hermano Jack la única solución es asesinarla. Por su parte, Clifford es un director de documentales que se ve obligado a rodar una película sobre su cuñado, al que desprecia. (FILMAFFINITY) [+]
14 de septiembre de 2012
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claro que veremos el alma, claro que la veremos.

Yo ya voy a decirlo sin tapujos: Woody Allen es uno de los mejores directores vivos. No sé cómo serán sus novísimos trabajos, pero su etapa clásica, como me gusta llamarla, nos demuestra su enorme talento.

Puede que «Delitos y faltas» no sea su película más redonda estilísticamente hablando, pero la trama y, sobre todo, el contenido ético, crítico, religioso y filosófico es estupendo. Los límites entre el hombre, el cinéfilo, el director y el creador de nuevo se confunden para darnos cine de altura revestido de entretenimiento; una tragicomedia que hará las delicias de los amantes y no amantes de su particular universo.

Si intentamos descifrar su mensaje, posiblemente nos perderemos. Woody Allen parece más bien lanzar al aire hipótesis, ideas y dudas sin saber su respuesta, pero siempre en la duda y en el deseo de encontrar sentido a la vida y al propio ser humano. No creo para nada que se sienta cómodo en el ateísmo, sino al contrario: la base religiosa se presenta como la única justificación al caos y a la desesperación de la existencia. Sin embargo, la reflexión continúa: si Dios, entonces, ha de existir necesariamente como fundamento moral, ¿por qué se encuentra el mal en el mundo? Ante semejante tema, es lógico que se obsesione con él y se debata, como afirma en un momento dado, entre el cerebro y el corazón.

Como digo, no creo que Woody Allen de respuestas, pero sí plantea magníficamente las distintas posiciones ideológicas. A este respecto, la conversación familiar en el recuerdo de Judah es totalmente esclarecedora, sintetizada en las dos posturas entre el rabino y la profesora. La sentencia final sobre la elección entre Dios y la verdad es brutal.

Reflexiones densas a parte, también destacaría ese arte que suele tener para homenajear verdaderamente al Cine. Porque como él dice, y además se le nota, se estaría todo el día viendo películas. En «Delitos y faltas», los fragmentos de películas tienen relación directa con la trama, brillante medio para ir hilvanando una historia con otra.

Por cierto, que estoy por decir que la traducción del «Crimes and Misdemeanors» por «Delitos y faltas» ha pasado por alto el evidente paralelismo (del título, de la temática y de la obra) con el «Crimen y castigo» de Dostoievski. Ahí es nada.

En fin, otra buena película de Woody Allen. No te la pierdas.
Kaori
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