Me gustó, me gusta y seguramente me gustará en el futuro. «Desde el infierno» es una de esas pequeñas y superficiales películas que ejercen un raro encanto en tu persona, y no hay forma de que escapes de él.

Con el material del cómic de Alan Moore, los hermanos Hughes nos cuentan la enésima versión de Jack el Destripador, uno de los asesinos más famosos del mundo. Tiene guasa que un país haya exportado con orgullo a uno de sus mayores criminales, como si el hecho fuese simpático. Reino Unido manda. Esta vez, el misterio envuelve muchos elementos, desde lo paranormal a lo psiquiátrico, desde el thriller a lo policiaco, desde lo romántico a los más bajos instintos, y a veces chocan unos con otros pero este cúmulo en mi opinión no impide que la película sea realmente atractiva. Una bonita y gótica ambientación victoriana se compagina con una elegante fotografía donde destaca el color rojo sangre con el que se pintan las paredes del infierno y es símbolo del más peligroso subconsciente humano.

Heather Graham, por mucho que se diga, es bastante sosa y su Mary Kelly nada del otro mundo, pero quienes de verdad se imponen son un genial, indescriptible Ian Holm y un Johnny Depp maravilloso con un papel que me parece fascinante. El Inspector Aberline es mágico. Su historia personal es muy trágica pero sabe combinarse a la perfección con la belleza de las grandes pasiones y de las grandes personalidades, y Aberline posee ambas cualidades. Un diez para ellos dos.

El mal viene directo de este infierno.