Haz click aquí para copiar la URL
España España · Málaga
Voto de Kaori:
5
Romance. Drama. Aventuras Finales de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Un hombre herido viaja en un convoy sanitario por una carretera italiana, pero su estado es tan grave que tiene que quedarse en un monasterio deshabitado y semiderruido, donde se encarga de cuidarlo Hana, una enfermera canadiense. Aunque su cuerpo está totalmente quemado a consecuencia de un accidente sufrido en África, tiene todavía ánimo para contarle a Hana la trágica historia de su vida. (FILMAFFINITY) [+]
24 de marzo de 2013
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinta británica orquestada por Anthony Minghella que adapta la novela de Michael Ondaajte, de título homónimo. Se nota a leguas que la película se basa en un libro, porque esa forma de fragmentar la trama y de contar las cosas huele a imprenta, y en este caso (de nuevo) el cine sale muy perjudicado.

Ralph Fiennes protagoniza y cautiva la historia, presentándose ante nosotros bronceado por el sol en pleno desierto inabarcable. Su conde Almásy es tan enigmático como lo es la época y la tierra en las que vive. Época de preciadas Colonias, de continentes hermanados, de batallas cruentas pero con aspiraciones heroicas; época de viajes sin principio ni fin, de caballeros y damas, de elegancia, tabaco, exploradores y hélices. Tierras de una África ya extinta, de otra Libia y de otro Egipto lejanos, que comparten con esta África, este Egipto y esta Libia del siglo veintiuno apenas un nombre. Minghella logra la virtud de hacer de «El paciente inglés» una película evocadora. Así, nos transporta a ese pedazo del siglo veinte tumultuoso y complejo, donde nada volvería ser como era entonces y las personas aún no sabían que era posible caer en una segunda guerra mundial en cuestión de décadas. Lo mejor de la película.

Eso, y Fiennes, por supuesto. Su personaje no termina de enamorarnos porque hay algo en él de una dureza implacable, pero Fiennes está espléndido. Minghella se aprovecha de su mirada, de esa mirada de ojos verdes, de esa mirada que estremece, que paraliza, que hace que si el corazón es realmente fuego, se incendie, para construir un personaje de perfecta seducción, obsesivo y que obsesiona.

Por lo demás, «El paciente inglés» está mal contada y mal planteada, así de sencillo. No me parece que sea una cosa soporífera aunque ni mucho es una gran película. Sobran minutos, sobran personajes y sobran tramas. A Juliette Binoche le dieron el Oscar a la mejor actriz de reparto, pero si de mi dependiera se hubiese quedado sin estatuilla porque toda su historia, con el monasterio, el novio, las pinturitas, las bombas, Dafoe y los frasquitos de morfina, la hubiera eliminado. Lo que importa es el conde Almásy y saber quién es y qué hizo en la guerra, si es que hay algo que debamos saber; advierto desde ya que tampoco se saca mucho jugo de esa idea de la traición y la intriga política. Por si fuera poco, la historia de amor entre Almásy y Katherine llega a desaparecer en determinados momentos, pasando a un segundo plano y quedándose desaprovechadísima. De hecho, la última parte, con ella en el desierto, es muy bonita, lo es de verdad, pero es que te lo están contando a trompicones, a saltos, deprisa y tras dos horas de baja intensidad y bastante ligereza. Eso sí: a mi no se me olvida la escena del mazapán.

Acabo añadiendo casi como manía personal que el doblaje de Ralph Fiennes me parece muy feo. Si a vosotros también os lo ha parecido, poneos la versión original y entonces sí sabréis lo que es un Actor. Británicos al poder, no podemos luchar contra ellos.

Por desgracia, se queda en pasable.
Kaori
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow