Aunque bien es cierto que Torchwood es de por sí una serie independiente de su hermanda mayor Doctor Who, como spin-off que es, ver Doctor Who ayuda a entender y a poner en situación a los que la vean. No solo por saber de donde sale exactamente la organización Torchwood, si no también para entender como es el universo donde se sitúa.

Con escasos medios, pero con toda la desfachatez que solo los británicos son capaces de dotar a sus series, Torchwood es un serie que nos presenta con total descaro situaciones críticas donde sus personajes pueden salirse con cualquier remedio. Donde en series americanas el héroe es el héroe y esta lleno de bondad, aquí todos son matices de grises. Las cosas no son siempre tan simples y las decisiones a tomar no siempre son sencillas. Es aquí donde radica la fuerza de esta serie, en los grises, en el sentido de la aventura por la aventura. Si nos dejamos llevar por esto, Torchwood es un serie muy divertida y en momentos muy tensa, si no es así, veremos el cartón de detrás y no entraremos en el juego.

Con altos y bajos la serie se desarrolla y muestra poco a poco la evolución de sus personajes sin tapujos algunos, atreviéndose con todo. Como colofón final su tercera y corta temporada de cinco capítulos nos muestra un cierre magnífico como muy pocas series se atreverían a mostrar.