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Ciencia ficción. Terror
De regreso a la Tierra, la nave de carga Nostromo interrumpe su viaje y despierta a sus siete tripulantes. El ordenador central, MADRE, ha detectado la misteriosa transmisión de una forma de vida desconocida, procedente de un planeta cercano aparentemente deshabitado. La nave se dirige entonces al extraño planeta para investigar el origen de la comunicación. (FILMAFFINITY)
1 de octubre de 2009
165 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un movimiento audaz, un paseo de la mano de una cámara magistralmente manejada y un espacio claustrofóbico, inquietante. Así nació uno de los mayores hitos de la ciencia-ficción: la nave Nostromo.
La primera secuencia de "Alien" es tan apabullante, que posee el privilegio de ser uno de los mejores arranques que servidor haya visto. Con una sencilla partitura y una transición imponente, lo que se logra durante sus primeros cinco minutos, en los que únicamente hallamos imágen y sonido, nada más, es invitar al espectador no sólo a que se deje llevar a una ficción lejana, sino a que se sume a la propia tripulación, y pase así, a ser uno más. Algo portentoso y muy pocas veces visto.
Sus personajes empiezan a presentarse acto seguido y dejan entrever los roles que desempeñarán en una nave donde puede que el mayor problema vaya a surgir de un cascarón de huevo alienígena, pero en la que la sutileza es un elemento más, y redistribuye constantemente esos roles, consiguiendo que conceptos como mando o necesidad se erijan sin demasiada fuerza, pero con la suficiente inteligencia para poder dar juego a esas personalidades. Y así nacio otro de los mayores hitos de la ciencia-ficción: la teniente Ripley. Una de las primeras heroinas de la historia del cine y, sin embargo, un personaje que en ningún momento hasta su conclusión se alza con todo el protagonismo. De gesto severo y reacciones serias y perspicaces, va emergiendo como esa figura que, pese a levantar suspicacias, sabe como manejar la situación y darle el enfoque preciso.
Conociendo ya la nave Nostromo y su tripulación al completo, el conflicto se desarrolla de un modo viscoso, e incluso los momentos de tensión más acelerada, se suceden con una fría calma que le encoge a uno las mismísimas entrañas. El amerizaje en un planeta desconocido y su posterior inspección, están llevados con un pulso que muy pocos serian capaces de lograr, y hacen de la improvisada visita a esa espeluznante caverna una experiencia irrepetible, que se mueve entre los silencios y sonidos con una maestría innegable, logrando que cada paso de la expedición te haga removerte de inquietud, casi intuyendo que tras el templado sosiego, podría llegar la tormenta en cualquier momento.
Cada cambio de plano, cada introducción a un nuevo espacio, es guiado con uno uso sobrecogedor tanto de sonido como de banda sonora, y es que sin necesidad de estruendo o contundencia, la atmósfera reproducida en base a tonos más o menos leves según esta lo requiera, se erige con una precisión increíble, haciendo de "Alien" una cinta portentosa, en el que estas cualidades salen a relucir como auténticas maestras de la función.
(Finaliza en el spoiler)
La primera secuencia de "Alien" es tan apabullante, que posee el privilegio de ser uno de los mejores arranques que servidor haya visto. Con una sencilla partitura y una transición imponente, lo que se logra durante sus primeros cinco minutos, en los que únicamente hallamos imágen y sonido, nada más, es invitar al espectador no sólo a que se deje llevar a una ficción lejana, sino a que se sume a la propia tripulación, y pase así, a ser uno más. Algo portentoso y muy pocas veces visto.
Sus personajes empiezan a presentarse acto seguido y dejan entrever los roles que desempeñarán en una nave donde puede que el mayor problema vaya a surgir de un cascarón de huevo alienígena, pero en la que la sutileza es un elemento más, y redistribuye constantemente esos roles, consiguiendo que conceptos como mando o necesidad se erijan sin demasiada fuerza, pero con la suficiente inteligencia para poder dar juego a esas personalidades. Y así nacio otro de los mayores hitos de la ciencia-ficción: la teniente Ripley. Una de las primeras heroinas de la historia del cine y, sin embargo, un personaje que en ningún momento hasta su conclusión se alza con todo el protagonismo. De gesto severo y reacciones serias y perspicaces, va emergiendo como esa figura que, pese a levantar suspicacias, sabe como manejar la situación y darle el enfoque preciso.
Conociendo ya la nave Nostromo y su tripulación al completo, el conflicto se desarrolla de un modo viscoso, e incluso los momentos de tensión más acelerada, se suceden con una fría calma que le encoge a uno las mismísimas entrañas. El amerizaje en un planeta desconocido y su posterior inspección, están llevados con un pulso que muy pocos serian capaces de lograr, y hacen de la improvisada visita a esa espeluznante caverna una experiencia irrepetible, que se mueve entre los silencios y sonidos con una maestría innegable, logrando que cada paso de la expedición te haga removerte de inquietud, casi intuyendo que tras el templado sosiego, podría llegar la tormenta en cualquier momento.
Cada cambio de plano, cada introducción a un nuevo espacio, es guiado con uno uso sobrecogedor tanto de sonido como de banda sonora, y es que sin necesidad de estruendo o contundencia, la atmósfera reproducida en base a tonos más o menos leves según esta lo requiera, se erige con una precisión increíble, haciendo de "Alien" una cinta portentosa, en el que estas cualidades salen a relucir como auténticas maestras de la función.
(Finaliza en el spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El verdadero maestro de la función, sin embargo, ese alienígena que sería otro de los no pocos logros de esta obra maestra, se pasó casi toda la función entre bambalinas. Contando con apenas una docena de planos, sin embargo, el Alien de Ridley Scott consiguió aterrorizar a una generación entera sin apenas aparecer en pantalla, haciendo de cada una de sus apariciones momentos portentosos y para el recuerdo, de esos de los que no es fácil escapar en tus peores pesadillas cuando eres un chaval de apenas medio metro, y de esos que te gustaría conservar por siempre jamás cuando comprendes la inmensidad de una obra como "Alien", porque el calado de unas imágenes que te empapan la retina y te sumergen en un espacio claustrofóbico con apenas un puñado de planos, es algo que no se puede explicar con palabras, que uno debe comprobar con sus propios ojos, y en el que no vale preguntarse como tal conjunción de astros, desde Weaver y un Scott en estado de gloria, hasta Giger o los maravillosos personajes de Hurt y Holm, logró dar vida a una película así, porque en ocasiones, los astros no son suficiente motivo, y en muy pocas de ellas, se consigue ver el parto de una película como "Alien", probablemente la mejor cinta de terror de la historia del cine y, con total merecimiento, un clásico que siempre se preservará en la memoria.