Dos colgaos muy fumaos en Navidad, no es la típica peli de fumaos, y eso es de agradecer. En esta comedia, se combina el tema de las drogas en plan fiesta, con elementos navideños y una colección diversa de personajes de lo mas variopintos.

La cinta sorprende por su originalidad, gracias a la puesta en escena de los diversos personajes que aparecen. A destacar:

-Tenemos a un Danny Trejo interpretando a un protector padre de familia, con esa chispa entre tipo duro y gracioso, a la que nos tiene acostumbrados en sus películas

-Kal Penn y John Cho, interpretando a dos fumaos que se salen del típico papel de empanaos graciosillos que no saben lo que hacen, aportando una dosis de frescura a sus personajes, ya que en esta película, el tema de los porros es una escusa secundaria mas para arrancar la carcajada del espectador.

- Por otro lado tenemos al padre santurrón y su hija pequeña que aportan unas buenas dosis de carcajadas extras. Sobretodo por parte de la niña pequeña que anda colocada todo el tiempo. Es curioso ver los efectos de las drogas en la pequeña, tan pronto la ves en plan "tranqui" riéndose de todo, como te la encuentras correteando a gatas por el techo en plan niña del exorcista poseída por las sustancias psicotrópicas. Ni que decir tiene que en la vida real, el padre sería denunciado por irresponsable, pero para una peli queda chocante y hasta gracioso.

- Sin embargo, la estrella de esta película es el robot de cocina. Este curioso juguete de cocina es posiblemente el que mas risas me ha arrancado. Sobretodo cuando dice eso de: "Kuuuuuuumaaaaaaaarrr" o su famoso grito de guerra: "odio las tortitas, vivan los goffres".

En fin, que no es la típica cinta de porreros colocados todo el día, diciendo paridas. Son capaces de levantarse del sofá y hacer cosas para hacer reír al espectador, y eso es de agradecer.