Cualquiera que vea esta película se preguntará: ¿pero Micaela está realmente poseída o sufre de un trastorno mental?. En ningún momento vemos a una joven poseída en plan "El Exorcista", con unos síntomas que al lado de esta tímida y retraída universitaria sería cuanto menos una tomadura de pelo, si lo que tratan de vendernos es un exorcismo al estilo mas clásico.

Aunque su director Hans-Christian Schmid, juega durante muchos minutos con la ambivalencia de la posesión y la enfermedad mental, parece no acabar de decidirse por ninguno de los dos síntomas, para estupefacción de los espectadores, que quedan atrapados en esta curiosa historia morbosa, un tanto engañosa.

Por los síntomas que presenta la joven, da la impresión de que lo único cierto es que Micaela es una chica retraída y algo traumatizada por una extraña enfermedad que no se sabe bien si surge de su propia naturaleza o está influenciada por el ambiente rígido en el que vive, vigilada constantemente por una madre que parece mas poseída por el fervor demoniaco que su hija.

Por otro lado, encontramos la cara amable de la historia en el bondadoso padre que solo quiere lo mejor para su hija; deseando que viva por fin la vida que tanto merece.

Su amiga pone el sentido racional a unos síntomas que parecen estar asociados por las fervorosas creencias religiosas que ella misma no comprende y su novio, que superado por los acontecimientos tan extraños, permanece tristemente silenciado por el espanto que le produce contemplar a su amada, al descubrir la naturaleza oculta de esa chica tímida y sencilla de la que se enamoró.

La `posesión y la enfermedad mental son dos síntomas, que al igual que en la vida real, suelen estar unidos siempre a las películas de exorcismos. Su director nos presenta una historia intrigante, que pica la curiosidad del espectador, pero que no logra decantarse por ninguno de los síntomas mencionados, dejando la trama en algo verdaderamente confuso. Porque está claro que la joven Micaela posee algún tipo de trastorno psicológico, al ver como se comporta en las fiestas a la que va, tal vez provocado por el ambiente familiar del que se ha rodeado. Lo que no queda tan claro es que esté poseída, al menos bajo las tímidas escenas de posesión que podemos ver. Y si es así, entonces estamos ante una de las películas de exorcismos mas insulsa que se ha rodado hasta la fecha.