Media votos
6,8
Votos
132
Críticas
12
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Cultura Subsuelo:
7
7,2
20.195
Drama
Rumanía, 1987: el país se encuentra bajo el férreo régimen comunista de Ceaușescu. Otilia y Gabita son estudiantes y comparten habitación en una residencia. Gabita está embarazada, pero no quiere tenerlo. Las jóvenes acuerdan un encuentro con un tal Mr. Bebe para que le practique un aborto ilegal en la habitación de un hotel. (FILMAFFINITY)
17 de mayo de 2015
Sé el primero en valorar esta crítica
El tema ya sabemos que es controvertido y por lo tanto difícil de tratar sin herir suceptibilidades. Esto no significa que su director, el rumano Cristian Mungiu, nos lo arroje en la cara así como así, pero se trata de una película cruda y directa en la que no se van a encontrar con un mensaje acerca del aborto, ni a favor ni en contra, sino sólo con una historia que ocurre dentro de un contexto socio-político determinado. Es evidente que el objetivo de su realizador fue tratar de mantener al margen los juicios morales.
Acerca del contexto mencionado antes, lo real es que no es expuesto abiertamente en el film, pero es bueno saber que transcurre a fines de los ‘80 en Rumania, durante la última década del régimen comunista de Nicolae Ceauşescuq. En aquellos años el aborto y los anticonceptivos estaban prohibidos, no por cuestiones morales o religiosas sino por una decisión política de incrementar la población rumana para fortalecer al país. De todas maneras hay señales que indican el modo de vida en aquellos años, como la cotidianidad del racionamiento de alimentos y víveres o la dispensa fraccionada de gas natural, pero no se expone en los personajes ningún elemento que hable de quien los gobierna o su sentimiento al respecto.
A veces las circunstancias pueden dejar de lado los planteos morales y es así como se expone esta película. No cae en el dramatismo y no se centra en dejar lecciones, solo cuenta una historia que si abre algún cuestionamiento ético, nos lo deja a nosotros mismos.
Acerca del contexto mencionado antes, lo real es que no es expuesto abiertamente en el film, pero es bueno saber que transcurre a fines de los ‘80 en Rumania, durante la última década del régimen comunista de Nicolae Ceauşescuq. En aquellos años el aborto y los anticonceptivos estaban prohibidos, no por cuestiones morales o religiosas sino por una decisión política de incrementar la población rumana para fortalecer al país. De todas maneras hay señales que indican el modo de vida en aquellos años, como la cotidianidad del racionamiento de alimentos y víveres o la dispensa fraccionada de gas natural, pero no se expone en los personajes ningún elemento que hable de quien los gobierna o su sentimiento al respecto.
A veces las circunstancias pueden dejar de lado los planteos morales y es así como se expone esta película. No cae en el dramatismo y no se centra en dejar lecciones, solo cuenta una historia que si abre algún cuestionamiento ético, nos lo deja a nosotros mismos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
El argumento se puede condensar en estas oraciones: una chica universitaria, Gabita, quiere someterse a un aborto. La protagonista, Otilia, su amiga y compañera de cuarto, toma el control de la situación haciendo todos los preparativos necesarios. Lo que pasó antes de este inminente descenlace no lo sabemos, ya que la película empieza la mañana en que ambas despiertan y ya tienen todo planeado para ese día, solo restan los últimos arreglos con quien realizará la práctica (de sugerente nombre Dr. Bebe) y conseguir un cuarto de hotel para llevarla a cabo.
La película tiene algunos recursos estéticos interesantes y que ayudan a configurar una historia intimista pero distante a la vez. Al estar filmada con cámara al hombro se logra la sensación de estar espiando todo lo que pasa, desde el principio hasta el fin en el que Otilia con su mirada parece decirnos: “ya está, ya pasó todo, ahora váyanse”. Además, no hay música, lo que entrega por completo el ritmo del film a las imágenes y a los diálogos, cometido que logra bastante bien.
En cuanto a las características de los personajes puede definirse que la chica embarazada es más irresponsable y tiene menos carácter que su amiga, quien dirige la acción hacia la resolución del “problema”. En cuanto al abortista, es un tipo que no tiene vueltas y que está acostumbrado a vivir fuera de la ley. Por último, es destacable que el rol de los hombres sea el de meros agentes externos. El padre del bebé no es mencionado en ningún momento, por lo que tampoco se sabe si se trata de una pareja estable o no; el novio de Otilia se muestra confundido ante el tema al pensar que podría pasarle a ellos y un diálogo al respecto entre la pareja deja clara la soledad femenina ante tal decisión, aunque se pueda encontrar empatía o apoyo no es posible aliviar la carga o encontrar razones por fuera de ellas mismas.
La película tiene algunos recursos estéticos interesantes y que ayudan a configurar una historia intimista pero distante a la vez. Al estar filmada con cámara al hombro se logra la sensación de estar espiando todo lo que pasa, desde el principio hasta el fin en el que Otilia con su mirada parece decirnos: “ya está, ya pasó todo, ahora váyanse”. Además, no hay música, lo que entrega por completo el ritmo del film a las imágenes y a los diálogos, cometido que logra bastante bien.
En cuanto a las características de los personajes puede definirse que la chica embarazada es más irresponsable y tiene menos carácter que su amiga, quien dirige la acción hacia la resolución del “problema”. En cuanto al abortista, es un tipo que no tiene vueltas y que está acostumbrado a vivir fuera de la ley. Por último, es destacable que el rol de los hombres sea el de meros agentes externos. El padre del bebé no es mencionado en ningún momento, por lo que tampoco se sabe si se trata de una pareja estable o no; el novio de Otilia se muestra confundido ante el tema al pensar que podría pasarle a ellos y un diálogo al respecto entre la pareja deja clara la soledad femenina ante tal decisión, aunque se pueda encontrar empatía o apoyo no es posible aliviar la carga o encontrar razones por fuera de ellas mismas.