Haz click aquí para copiar la URL
Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
4
Drama. Intriga Lila Cassen (Najwa Nimri) era la cantante española con más éxito de los noventa hasta que desapareció misteriosamente de un día para otro. Diez años después, Lila prepara su triunfal vuelta a los escenarios pero, poco antes de la esperada fecha, pierde la memoria al sufrir un accidente. Violeta (Eva Llorach) vive dominada por su conflictiva hija Marta (Natalia de Molina). Cada noche escapa de su realidad haciendo lo único que la hace ... [+]
21 de septiembre de 2020
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El mar, el mar. Lila dice. Shakira. Huevo frito. Carne cruda. Promesas del sur. Madres e hijas. Personas. Llum Barrera.
Trata de convertir la chatarra en mito y se queda varado a mitad de camino, sin aliento, pidiendo socorro a voz en grito. Natalia de Molina destruye todo lo que toca, no ella, su personaje salido del corazón más siniestro de la telebasura española, lo cual es una redundancia, solo hace falta echar un vistazo a cualquier cadena en cualquier momento para hacerse una idea cabal de la opinión que tienen los que algo mandan sobre su potencial público, los democráticos votantes, por lo que una de dos, o sigues con tu vida como si nada, haciéndote el sordo, ciegamente, es el mejor modo, el silencio de los corderos, o te coges la recortada que compraste en la teletienda aquella noche de insomnio tras un duro día de larga reflexión y efímera jodienda y después de haber visto a Travis, ese amigo eterno, compañero de pecados y sueños, sin ningún secreto, condenado desde el nacimiento, en Taxi Driver en aquella casa con tanta arma generosa a la venta, de hecho, sentiste por ello una envidia tremenda, y vas a por ellos a poner un poco de orden, no como Tejero, o de donde provenga esa cosa, maldita sea su estirpe, seguramente de la alcantarilla más oscura y purulenta, que lleva por nombre, del que no quiero acordarme aunque lo tengo grabado a fuego en mi cerebro, el hermano mayor, pequeño o cualquier parecido engendro, todo ese puñetero estercolero.
Y toda la historia es oligofrenia melodramática, horror hortera, envuelto en celofán para exponerlo en un museo, no precisamente el del Prado que tiene ese malhadado cuadro en el que un hijo por su padre es devorado, qué asco, a puro delirio de martirio sentimental y cutre manipulación emocional, los escombros del dramón lacrimógeno de toda la vida que intenta ser redimido sin demasiado éxito, como si Bergman hubiera recogido los restos del naufragio y hubiera escrito un pop poema, casi una verdadera pamema o, si mejor me lo pones, un depurado ejercicio de estilo casi abstracto en el que se habla del amor, el sacrificio, el éxito, el fracaso, la memoria, el olvido, el famoseo, quién soy yo y qué hago ahora en este jodido mundo con todo el tiempo que por delante tengo y ya que con nada me entretengo.
Todo lo cual no niega en absoluto la valentía y el esmero del creador de esta fallida obra, su capacidad para tirar líneas maestras o más paralelas y unir cosas diversas, para hacer ecuaciones hermosas y crear cuadros bellos, urdir enormidades llenas de referencias plenas, para mostrar dolores, penas y quebrantos, desguaces, enredos, destrozos y colisiones, una galería inmensa de accidentados por la vida que sin piedad golpea y nunca perdona la cabrona.
La maternidad como tormento sin solución, sin salida en cualquiera de sus malogradas formas, las espantosas relaciones, por tanto, entre madres e hijas, de mujeres hablamos en este desgraciado caso, la música pop como infierno laboral lleno de sordidez de fondo y la vida como nefando y solemne encaje de bolillos que a todos nos destruye.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow