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Voto de Ferdydurke:
4
6,2
4.898
Drama
Basado en un suceso real ocurrido en 1976. Vince Papale, un hombre de treinta años, barman y profesor a tiempo parcial, era un aficionado de los Philadelphia Eagles que sólo había jugado al fútbol americano un año en el instituto. Un día decidió apuntarse a una prueba abierta de su equipo para encontrar nuevos talentos y consiguió ser admitido, haciendo así realidad el sueño de toda su vida. (FILMAFFINITY)
27 de septiembre de 2020
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Philadelphia.
El opio del pueblo. Aquí no disimulan, lo dicen claramente, te puede dejar la mujer tirado como una colilla o incluso se puede morir desgraciadamente, también te puedes quedar sin trabajo y estar todo el puñetero día borracho como una cuba, pero hete aquí que tu equipo querido hace alguna gloria, por muy pequeña que sea, que a ti ya te vale, tiramos palante, no necesitas más, otra vez será, Tomás, redemption song y a gozar.
Los años setenta, un pobre camarero que apenas tiene donde caerse muerto, abandonado por la parienta y sin un puto duro, moroso sería decir poco, tiene visos, apunta maneras, me suena, de convertirse en un profesional del fútbol norteamericano, o cómo dar mamporros mientras corro echando espuma por la boca.
¿Lo conseguirá o no, maldita sea?
Hombre, yo creo de que sí, si Mark Wahlberg ha logrado convertirse en una estrella rutilante del séptimo arte, con un par, cómo no lo va a conseguir este prospecto Papale que tan buena pinta tiene sirviendo pintas y algunos copazos, con esos brazacos.
La película sería perfecta si le quitaras aproximadamente unos cincuenta minutos, tal vez setenta, en realidad más o menos la mitad, todas las transiciones, conversaciones, superaciones, intuiciones, torsiones, reflexiones, disquisiciones, repercusiones, mutaciones, consejos y alguna maravilla más de ese cariz o jaez, si solo quedara el puro hueso formulario, esquemático, desnudo, sin ambages, excusas o cualquier tipo de moral ridícula alguna, es decir, ese pim pam pum o pata pum parriba rutinario e indispensable para que el héroe del pueblo tan humilde y voluntarioso logre el ansiado sueño que tanto se merece y tanto nos redime y consuela a todos, todo lo demás, tanto, sobra, no hace falta, nos dimos cuenta.
La película es muy bonita, te tiene en vilo como una noria, con la sonrisa de felicidad casi siempre en la boca y en algún momento a punto de echar la primera papilla como el jugador ante su primer gran envite, suceso, evento o encuentro, así estás de emocionado aunque te hagas el duro, eso es cierto, todo el rato.
El opio del pueblo. Aquí no disimulan, lo dicen claramente, te puede dejar la mujer tirado como una colilla o incluso se puede morir desgraciadamente, también te puedes quedar sin trabajo y estar todo el puñetero día borracho como una cuba, pero hete aquí que tu equipo querido hace alguna gloria, por muy pequeña que sea, que a ti ya te vale, tiramos palante, no necesitas más, otra vez será, Tomás, redemption song y a gozar.
Los años setenta, un pobre camarero que apenas tiene donde caerse muerto, abandonado por la parienta y sin un puto duro, moroso sería decir poco, tiene visos, apunta maneras, me suena, de convertirse en un profesional del fútbol norteamericano, o cómo dar mamporros mientras corro echando espuma por la boca.
¿Lo conseguirá o no, maldita sea?
Hombre, yo creo de que sí, si Mark Wahlberg ha logrado convertirse en una estrella rutilante del séptimo arte, con un par, cómo no lo va a conseguir este prospecto Papale que tan buena pinta tiene sirviendo pintas y algunos copazos, con esos brazacos.
La película sería perfecta si le quitaras aproximadamente unos cincuenta minutos, tal vez setenta, en realidad más o menos la mitad, todas las transiciones, conversaciones, superaciones, intuiciones, torsiones, reflexiones, disquisiciones, repercusiones, mutaciones, consejos y alguna maravilla más de ese cariz o jaez, si solo quedara el puro hueso formulario, esquemático, desnudo, sin ambages, excusas o cualquier tipo de moral ridícula alguna, es decir, ese pim pam pum o pata pum parriba rutinario e indispensable para que el héroe del pueblo tan humilde y voluntarioso logre el ansiado sueño que tanto se merece y tanto nos redime y consuela a todos, todo lo demás, tanto, sobra, no hace falta, nos dimos cuenta.
La película es muy bonita, te tiene en vilo como una noria, con la sonrisa de felicidad casi siempre en la boca y en algún momento a punto de echar la primera papilla como el jugador ante su primer gran envite, suceso, evento o encuentro, así estás de emocionado aunque te hagas el duro, eso es cierto, todo el rato.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Al final nos cuentan que no es un bulo, que el tipo existió de verdad, si yo ya lo decía más arriba, que todo me lo creía, que no me olía para nada a chamusquina, solo a aloe vera.
Y se casó con la rubia y tuvieron dos hermosos churumbeles, qué precioso todo.
Lo único que no me ha gustado y además no me creo es que dicen que ahora vive en Nueva Jersey, no en Philadelphia, y eso, obviamente, es imposible, yo sé de buena tinta que sigue viviendo donde siempre, la fama no le ha cambiado, en el mismo bar con sus amigotes eternos, como los de Cheers o Friends, ahí está la puerta de Alcalá, en el mismo barrio obrero luchando por los derechos de los trabajadores y jugando épicos partidos en la lluvia y en la noche, camaradas, hermanos, lo juro, yo mismo los he visto, eso creo.
Y se casó con la rubia y tuvieron dos hermosos churumbeles, qué precioso todo.
Lo único que no me ha gustado y además no me creo es que dicen que ahora vive en Nueva Jersey, no en Philadelphia, y eso, obviamente, es imposible, yo sé de buena tinta que sigue viviendo donde siempre, la fama no le ha cambiado, en el mismo bar con sus amigotes eternos, como los de Cheers o Friends, ahí está la puerta de Alcalá, en el mismo barrio obrero luchando por los derechos de los trabajadores y jugando épicos partidos en la lluvia y en la noche, camaradas, hermanos, lo juro, yo mismo los he visto, eso creo.