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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
7
Drama Malena es una doctora de 38 años, de clase media, de Buenos Aires. Una tarde recibe la llamada del Dr. Costas, quien le informa que debe viajar inmediatamente al norte del país: el bebé que ella estaba esperando está a punto de nacer. De manera inesperada, Malena emprende un viaje incierto, lleno de encrucijadas, enfrentándose a todo tipo de obstáculos legales y morales que la harán preguntarse constantemente hasta dónde está dispuesta a llegar. (FILMAFFINITY)  [+]
16 de diciembre de 2017
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Es la maternidad un derecho natural, una necesidad vital, un lujo burgués, una obligación religiosa, un mandato biológico, una carga insufrible, lo más normal de todo?
¿Por qué en las sociedades avanzadas, o no tanto, a las mujeres les supone cada vez mayor dificultad tener niños? ¿Quién se lo impide? ¿Por qué? ¿Para qué?
¿Es una violencia contra las mujeres ponerles tantos obstáculos para poder desarrollar su maternidad? ¿Por qué casi no se habla de este hecho y más bien se fomenta lo contrario?
¿Por qué en algunas sociedades las mujeres supuestamente más preparadas, avanzadas, liberadas y concienciadas tienen tantos problemas para tener hijos y, en cambio, las supuestamente más atrasadas, oprimidas, sojuzgadas, humilladas y despojadas no? ¿Es cierto que a la mayoría de las primeras les dan (casi) todo, pero les quitan lo más importante, y a la mayoría de las segundas les quitan (casi) todo, pero les permiten lo más importante? ¿No deberían darles a las primeras lo más importante sin quitarles la capacidad económica y a las segundas posibilitarles algo de esa capacidad para que puedan cuidar lo más importante?
¿No vivimos en unas sociedades increíblemente hipócritas, esquizofrénicas, desvergonzadas y delirantes en las que a las mujeres (de ciudad o cierta capacidad) se las engaña, torea y vuelve locas con el afán de que pasen por el aro más yermo y laboral mientras les dicen que son el último avatar de la liberación y el progreso? ¿No las están puteando a fondo, el pito del sereno, en serio, a cambio de hacerlas creer que es por su bien? ¿Y a las más pobres o de campo de la misma manera se las ignora y a su suerte abandona sin ningún problema?
¿No crea todo este dirigido jaleo grandes problemas, desequilibrios e injusticias?
¿Hay una política estatal, más bien casi universal, de la que no se habla (como de casi ningún tema espinoso que debería tener una solución ya, el narcotráfico o la prostitución, por poner dos tontos ejemplos, negocios de una envergadura gigantesca que en mayor o menor medida se permiten o se hace la vista gorda al respecto o, por lo menos, no se montan debates en todo momento; los medios ponen atención en noticias interesadas y muchas veces minúsculas para así acallar los verdaderos problemas y poder seguir engañando y manejando a la población anestesiada y aborregada) y, por lo tanto, no existe, encaminada hacia ese fin, hacia la no reproducción y la apropiación del cuerpo de la mujer con fines únicamente productivos y consumidores, no reproductivos y cuidadores?
Bueno, basta. Todas estas preguntas y muchas más se pueden hacer tras ver esta muy interesante y bien hecha película argentina (nos llegan pocas películas de allá, pero su nivel medio es muy alto, bastante superior al nuestro, ¿vemos solo las mejores y las malas ni las olemos?). De cómo a través de una historia pequeña se iluminan multitud de caminos, cuestiones y hechos de mucha actualidad. De cómo ponen el foco donde no se suele hacer y lo consiguen sin recurrir a tópicos, demagogias, sermones ni groseros maniqueísmos (el discurso propio de los esbirros del poder, el social-igualitario-político).
Podríamos dividirla en dos aspectos, partes o temas:
- La odisea abismal y penosa de Bárbara Lennie (maravillosa, como siempre, esa mezcla de serenidad, fuerza y fragilidad, desgarro y verdad; elegancia, belleza y dolor) en la búsqueda de su bebé soñado.
- El tráfico de bebés. La industria que se ha creado siguiendo las puras leyes del mercado, ante una demanda naciente, la oferta creciente. Mafia, negocio, trapicheo, extorsión, mentira, horror.
Las dos vertientes se juntan inevitablemente.
Spoiler.
Ella busca desesperadamente su bebé. Parece que lo obtiene.
Y ahí comienzan los problemas. La extorsión. Primero, económica. Después, legal, burocrática. Finalmente, policial judicial. Se descubre un entramado pavoroso de corrupción y chantaje. Una comunidad llena de personajes cotidianamente abyectos, amablemente amorales, todos esos profesionales de la medicina o del ejército burocrático civil. Hasta la policía parece estar en el ajo (¿registraron por casualidad o estaban avisados-conchabados-untados?, ¿iban a seguir traficando con el niño o lo iban a dejar en manos de las instituciones, si las hubiera, un poco difícil de creer, más honradas?).
El otro asunto peliagudo, aunque en mucha menor medida, es el familiar. Al que hace irónica, tristemente referencia el título. Al principio es ella sola frente al mundo. Más tarde, cuando empiezan a chantajearla, aparece el marido ausente (un prototipo masculino reconocible, el del que nunca se implica del todo y oscila entre la pura cobardía, el tramposo disimulo o la simple huida). Su retrato es muy sustancioso. Muy humano. Lo cual quiere decir que está repleto de debilidades. Por un lado, se aparta, nada quiere saber de un negocio tan sucio. Por el otro, también le apetece tener el niño, y, de paso, proteger a su chica como si fuera por un momento un andante caballero. Pero hasta cierto punto, hasta que se pone en peligro y se vuelve a replegar. Con lo cual, se queda sola otra vez. Pero ella, gracias a dios, tampoco es idealizada burdamente ni victimizada manipuladoramente. Es comprendida y explicada. Es un gran personaje. También llena de humanidad. Perdió a su niño hace poco y se tambalea, a duras penas soporta la vida. Necesita un recambio, otro bebé que le permita olvidar el que no llegó. Por eso es tan frágil y está tan desequilibrada (un poco forzada y obvia, pero a la vez necesaria justificación de su conducta).
Por lo tanto, se pasa de lo minúsculo a lo mayúsculo, de lo familiar e individual al estado de la sociedad. Y sin subrayar demasiado ningún elemento en juego, utilizando el puro deambular de la heroína doliente para mostrarnos el aterrador contexto, el espíritu de la tribu.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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