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Rusia Rusia · Stalingrado
Voto de Ferdydurke:
6
Drama. Romance Nelly, una mujer que acaba de divorciarse, conoce casualmente al señor Arnaud, un magistrado retirado cuya mujer vive en Ginebra con otro hombre y cuyos hijos apenas le hablan. Arnaud le ofrece a Nelly un trabajo: mecanografiar el manuscrito de la novela que ha escrito. La relación laboral resultará enriquecedora para ambos. (FILMAFFINITY)
16 de noviembre de 2022
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
(Aviso, en esta parte superior de la crítica he expuesto o tratado de explicar algunos hechos que podrían incurrir en el temido spoiler por falta de espacio más bajo, perdonen las molestias)
Aburrirse es humillante.
Cómo son estos franceses la leche. Nadie podría contar esta historia tal que así. Este amor otoñal invernal inmortal monumental abrumador e indestructible, devastador y terrible, castrador e insoportable en el que apenas se tocan y casi que se alientan (alienta él, el pobre) a que se líen con los otros y sin decir prácticamente sobre todo ello ni media palabra, lo mismo, pero en menor grado que las familias y amistades de ambos revoloteando alrededor de ellos y siendo más o menos conscientes del intrincado en cuestión asunto, pero sin decir ídem ni mu, la callada por comentario o respuesta, ni el tato, y especialmente la familia de él que podría ver en peligro el capital o patrimonio del abuelo, tanto ganso dinero de piedra a tiro.
Elegancia, austeridad, sobriedad, educación, finura, discreción, suave pedantería, sequedad, ínfulas.
En otros casos esto hubiera sido prostitución descarada poco encubierta (como ella apunta a las risas en la cena cuando los demás sobre ellos cotillean cuchichean), aquí es trasvase intelectual nada menos, díctame tu texto, querido venerable maestro, de tu letra y puño, que yo lo copio, cada letra, juego de ajedrez emocional, alta política amorosa, diplomacia espiritual corpórea.
Con otra mirada hubiese surgido/aparecido el humor y el esperpento que atañe indudablemente, en nuestra tradición hay millones de ejemplos desde Cervantes hasta cualquier juntaletras que se poco precie, a toda relación entre viejo pellejo con dinero y joven chica más bien pobre pero hermosota manzana fresca, aquí es pudor y sabiduría, comprensión y contención, delicadeza, prudencia, cautela, paciencia y, como mucho, se supone, suspiros en la medianoche que el alma de la ciudad con un leve de conmiseración quejido asume, se traga tranquilamente, que el viento se los lleve.
De otro modo, hubiera habido grandes escenas, espuma por la boca, celos de Otelo, tragedia, abominación, espanto, algo chabacano/grosero, horror, nada en esta ocasión, suavidad, solera, silencios, dejarlo estar, dejarlo pasar.
Ella es cortante, precisa, concisa, puritana rayando en la intolerancia le dice él con cierto humor, parca, ascética en la forma, hasta brutal en su obstinada mudez casi constante, adusta, implacable, intachable, amurallada fortaleza inexpugnable.
Él es más cambiante y colérico y activo en el juego, más humano e imperfecto, pero igual de cauteloso y distanciado en los modos.
La paradoja es que él maneja las reglas del juego, él las crea y modela y plantea y es ella la que siempre saca lleva en verdad la ventaja, la que gana, el cazador es inevitablemente cazado en su propia parva trampa, en su impotencia irresoluble.
No tocarse. Material con alto peligro de explosión, demasiado voltaje.
Él la compra para tenerla cerca con la excusa del libro que mucho a él, como reconoce, realmente no le interesa una mierda. Y ella se deja. Pero él sabe que no puede ser, que sería de muy mal gusto intentar forzar la situación, plantear claramente el meollo del asunto, bajar el telón descubrir el juego, perder las más exquisitas formas, echarse al barro, ser directo, pelear por lo (que querría y ha pagado como tal) suyo, por el objeto (humano) que le ha salido tan caro al buen gran señor poderoso venido a menos será por dinero por la vida derrotado y ya bastante solo y acabado, de esa forma ella se rebajaría si aceptara y sería igualmente violento si tuviera que negarse en redondo, como de hecho le pasa con el de su edad en esa tensa cena en la que ella no acepta comprometerse. La diferencia de edad es, como ya dijimos, la gran traba entre ellos, insalvable, demasiado grande, impenetrable, abismal, un obstáculo insoslayable. Ella apenas inicia la vida y él ya casi la cierra o termina. Nada que hacer.
Pero él mientras tanto de sus cenizas parece que renace, se anima, se agita, sufre, se duele, algo, por fin, tras tanto tiempo de anemia asepsia afectiva, le pasa, aunque sea más bien malo o incompleto. A ella también le sirve el enredo para abrirse puertas, quitarse telarañas, tomar impulso para mejorar/cambiar su vida y eliminar lastre, parásitos (el mantenido marido tan por ejemplo).
Al final la familia de él intercede (en ese sentido es muy gracioso el comentario que hace la esposa o exesposa que se lo lleva de viaje cuando comenta que su hija ya le había hablado de la belleza de la escribana, nada más que añadir, a buen entendedor...) sutilmente por miedo a que ella se lo lleve (crudo) y a él eso le sirve para liberarse del tormento de ese esclavo deseo sin solución ni premio ni remedio, agonía sin recompensa, donde además pone el dinero y casi la cama (para el otro), tan frustrado, ese ajetreo pasivo agresivo al que ella le somete más o menos cruel inconscientemente, con esa corrección perfecta que se acerca peligrosamente al más pérfido sadismo (la noche en la que ella se queda a dormir, recuerda lejana familiar graciosamente a las calenturiento cómicas perversiones del Buñuel de Viridiana, es en ese aspecto evidente si además le sumamos el masoquismo doliente del pobre anciano, ese toma y daca siniestro tan civilizado indirecto claro).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ferdydurke
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