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Voto de Ferdydurke:
7
8,0
76.113
Drama. Thriller
República Democrática Alemana, año 1984. El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), un hombre solitario, es un competente oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la RDA. Sin embargo, cuando le encomiendan que espíe a la pareja formada por un prestigioso escritor (Sebastian Koch) y una popular actriz (Martina Gedenk), no puede ni siquiera imaginar hasta qué punto ... [+]
21 de junio de 2015
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupenda película. Una sátira luminosa y despiadada sobre los oscuros tiempos del apogeo de la Stasi en la ominosa RDA. Una fábula sobre un pobre hombre; oscuro, triste y solitario que, de repente, cambia el paso.
Profundamente entretenida. Bien construida y explicada. Con sustancia y ligereza. Liviana y enjundiosa.
Es cierto que juega peligrosamente a veces en el delicado alambre de la verosimilitud y que hay varios golpes de guion y algunas reacciones de los personajes cogidas un poco por los pelos; pero es tal la fuerza y verdad del conjunto, la habilidad y brillantez con la que está contada, lo bien que están los actores, la riqueza de los personajes, la inteligencia y hasta la socarronería con que se observa la tremenda situación, que se perdonan sus varios callejones sin salida, sus deus ex machina y las resoluciones de escenas a veces un tanto infantiles y poco creíbles.
Muy bien.
Profundamente entretenida. Bien construida y explicada. Con sustancia y ligereza. Liviana y enjundiosa.
Es cierto que juega peligrosamente a veces en el delicado alambre de la verosimilitud y que hay varios golpes de guion y algunas reacciones de los personajes cogidas un poco por los pelos; pero es tal la fuerza y verdad del conjunto, la habilidad y brillantez con la que está contada, lo bien que están los actores, la riqueza de los personajes, la inteligencia y hasta la socarronería con que se observa la tremenda situación, que se perdonan sus varios callejones sin salida, sus deus ex machina y las resoluciones de escenas a veces un tanto infantiles y poco creíbles.
Muy bien.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El epílogo es fabuloso, glorioso; no es nada fácil mezclar tantos elementos y cerrar tantos caminos con tanta elegancia y buen hacer.
P.D.: A mí me gustaría ver, también, esta historia tan jugosa de otras posibles maneras. Por ejemplo:
- Como una reflexión sobre la creación en la que el espía en cuestión sería el autor de una obra en marcha que habría pasado un tiempo de profunda depresión y sequía creativa, por lo que llegaría a esta nueva obra asqueado, odiando a sus personajes, queriéndolos destruir, hasta que poco a poco, y sin casi darse cuenta, estos seres irían creciendo y se iría enamorando de ellos, especialmente de ella, tanto que intentaría salvarlos mezclándose con ellos, relacionándose y confundiéndose con sus propias criaturas de ficción.
- Una poderosa historia de amor secreto; el que siente un hombre derrotado, fracasado, por una actriz perdida, sin voluntad ni esperanza, tampoco salida.
- O la versión que probablemente más me gusta, la del espectador sensible, crítico también, que, tras una época en la que solo ve bodrios, descubre por fin una película que vale de verdad la pena, hasta tal punto de que le cambia, le remueve, le transforma, por lo que quiere abandonar su actitud pasiva y se dispone a traspasar la pantalla, lo hace y, al dar ese paso definitivo, modifica, altera gravemente el discurrir de la obra que estaba viendo.
El compañero de trabajo, espía también, sería un espectador que no ve más allá de sus narices, incapaz de "escuchar la música de verdad", un mero transcriptor de lo que observa, sin alma ni trasfondo; lo mismo que el resto de la sociedad, impermeable al sentido "poético" de la realidad, enfermos de utilidad, bárbaros no más.
- Gradaciones del mal a través de dos grandes personajes: el ministro de cultura sería el mal absoluto, miserable y depredador, después vendría el teniente de la Stasi, jefe de Wiesler, maniobrero, flexible, dúctil e implacable. Del bien: el poeta, inocente y generoso; y Hauser, el amigo valiente y fiel. Y finalmente del gris: el protagonista, sin personalidad definida, pasa de robot inclemente a bondadoso enamorado; y Christa Maria, débil y traidora pero de buenos sentimientos; degradada pero con un reducto inviolable de libertad, verdad, orgullo y rebeldía.
P.D.: A mí me gustaría ver, también, esta historia tan jugosa de otras posibles maneras. Por ejemplo:
- Como una reflexión sobre la creación en la que el espía en cuestión sería el autor de una obra en marcha que habría pasado un tiempo de profunda depresión y sequía creativa, por lo que llegaría a esta nueva obra asqueado, odiando a sus personajes, queriéndolos destruir, hasta que poco a poco, y sin casi darse cuenta, estos seres irían creciendo y se iría enamorando de ellos, especialmente de ella, tanto que intentaría salvarlos mezclándose con ellos, relacionándose y confundiéndose con sus propias criaturas de ficción.
- Una poderosa historia de amor secreto; el que siente un hombre derrotado, fracasado, por una actriz perdida, sin voluntad ni esperanza, tampoco salida.
- O la versión que probablemente más me gusta, la del espectador sensible, crítico también, que, tras una época en la que solo ve bodrios, descubre por fin una película que vale de verdad la pena, hasta tal punto de que le cambia, le remueve, le transforma, por lo que quiere abandonar su actitud pasiva y se dispone a traspasar la pantalla, lo hace y, al dar ese paso definitivo, modifica, altera gravemente el discurrir de la obra que estaba viendo.
El compañero de trabajo, espía también, sería un espectador que no ve más allá de sus narices, incapaz de "escuchar la música de verdad", un mero transcriptor de lo que observa, sin alma ni trasfondo; lo mismo que el resto de la sociedad, impermeable al sentido "poético" de la realidad, enfermos de utilidad, bárbaros no más.
- Gradaciones del mal a través de dos grandes personajes: el ministro de cultura sería el mal absoluto, miserable y depredador, después vendría el teniente de la Stasi, jefe de Wiesler, maniobrero, flexible, dúctil e implacable. Del bien: el poeta, inocente y generoso; y Hauser, el amigo valiente y fiel. Y finalmente del gris: el protagonista, sin personalidad definida, pasa de robot inclemente a bondadoso enamorado; y Christa Maria, débil y traidora pero de buenos sentimientos; degradada pero con un reducto inviolable de libertad, verdad, orgullo y rebeldía.