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Voto de Ferdydurke:
6
6,8
2.641
Drama
En Berlín, Oren, un ingeniero constructor israelí, se encapricha del pastelero Thomas. El romance ni siquiera parece haber empezado cuando Thomas descubre que Oren ha muerto en un accidente de coche en Jerusalén. Thomas viaja allí sin saber exactamente qué es lo que está buscando. Descubre que la mujer de Oren, Anat, es propietaria de un café, y esta le ofrece a Thomas un empleo de lo más básico, consistente en limpiar y fregar cacharros. (FILMAFFINITY) [+]
18 de julio de 2021
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comer, beber, amar. The great pretender. El alemán. Thomas, un amigo que os quiere. Ghost. Más allá del amor.
La fórmula es convencional y repetida y en este caso también en sus tres o cuatro pasos básicos*, tienes un e-mail, en su idea general habitual, pero modificada en todo lo demás, en la duración de las partes y en la mirada y en el gusto y hasta un poco en el orden y, por supuesto, en la sensibilidad con la que está expuesto todo.
Es tramposa y más bien típica y tópica, pero está bien, mucho más bonita y elegante de lo normal en estos trucados casos. Y ella es fabulosa, fenomenal, y el chaval, ese chico es como un ángel caído del cielo, el novio, marido, amante, cocinero perfecto que crudo entero me lo como.
La película es también un espejo cóncavo, Jerusalén y Berlín, Alemania e Israel, ella y él y el muerto como nexo de unión por el que viven más allá del tiempo todos los demás, atados por esa ausencia que tanto pesa y se nota, por ese dolor que lacera, quema.
El piano que suena y la mirada de ella, cansada, profunda, tierna y esperanzada, al cielo sobre Berlín.
La fórmula es convencional y repetida y en este caso también en sus tres o cuatro pasos básicos*, tienes un e-mail, en su idea general habitual, pero modificada en todo lo demás, en la duración de las partes y en la mirada y en el gusto y hasta un poco en el orden y, por supuesto, en la sensibilidad con la que está expuesto todo.
Es tramposa y más bien típica y tópica, pero está bien, mucho más bonita y elegante de lo normal en estos trucados casos. Y ella es fabulosa, fenomenal, y el chaval, ese chico es como un ángel caído del cielo, el novio, marido, amante, cocinero perfecto que crudo entero me lo como.
La película es también un espejo cóncavo, Jerusalén y Berlín, Alemania e Israel, ella y él y el muerto como nexo de unión por el que viven más allá del tiempo todos los demás, atados por esa ausencia que tanto pesa y se nota, por ese dolor que lacera, quema.
El piano que suena y la mirada de ella, cansada, profunda, tierna y esperanzada, al cielo sobre Berlín.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
* Chico conoce Chica (el orden de los factores o identidades deseantes es más bien indiferente), uno de los dos finge lo que no es, esconde algo, seguramente el hombre, para ganarse/conquistar al otro más eficaz y rápidamente, o de la única manera posible, y funciona, ella está encantada, le gusta mucho esa aparente fachada, lo necesita, se enamora, pero la mentira crece y el tiempo pasa y ella desgraciadamente lo descubre y llega la crisis, mucho se enfada y lo echa y corta y le canta las cuarenta y adiós muy buenas hasta que se suceden los días y los meses y la pena y el recuerdo viva se la comen y ella lo echa de menos y vuelven y ya nada los separará nunca jamás. Así ha sido y será siempre, solo hay que ver cualquier película de norteamericano instituto. Y aquí igual o parecido, con el añadido de la variante del muerto repentino tan querido que hace investigar su vida a los que deja dolientes, llenos de preguntas sin respuesta que van descubriendo sus muchas sorpresas, hay innumerables ejemplos al respecto, ahora mismo, por ejemplo, me vienen a la cabeza la serie La mejor juventud o la película Azul. Infinitas variaciones sobre los mismos queridos temas. Pero con otros ojos como ya dijimos, esa mezcla está mirada con mayor sabiduría y delicadeza, da gusto verla.
Por un momento pensé que se iban a cargar la estructura tan prevista y expuesta justo más arriba, ese prototipo narrativo tan usado, que no iba a estallar el esperado e inevitable conflicto, que ese era el truco del almendruco, que nadie se iba a dar cuenta de la farsa o que sí, pero que no les importaba nada, una placida armonía y ya está, para qué más, si no hay necesidad, vivir bien, felices como rellenas perdices, eternamente en la mentira, que iba a ser más arriesgada y original de lo imaginado, por lo tanto, pero no, claro que no, cayeron en ello de lleno, aunque tardasen mucho más en reproducir ese gastado modelo y lo hicieran de forma más concisa y escueta y sobria, menos sentimental y aberrante, sin histerismos ni escenas, solo apenas unas pocas malas palabras y unas cuantas acongojadas lágrimas.
Otro asunto que planea o está de fondo, de manera más o menos indirecta, es la telaraña kosher, como símbolo y metáfora de todo lo demás, de un país y una cultura, que la asfixia sutil y constantemente, tanto en lo más íntimo como en lo público, a ella y que representa muy especialmente el pelma de su cuñado, en esa agobiante inercia/presencia o tal vez mejor decir presión/represión puede haber, late una crítica a veces velada y otras más descarada a la sociedad israelí que tiende hacia cierto ensimismamiento religioso coercitivo, país en guerra que se cierra y desconfía, y que contrasta con la Berlín aquí apenas esbozada o tal vez más soñada o deseada y con las relaciones/reacciones de los personajes (es obvio pensar en cómo ella casi le viola a él, esa brillante escena, muy bien rodada, que pasa de incómoda amenaza a placer, consuelo y sentido) de esta historia, mucho más libres y bastante menos constreñidas, donde las fronteras, sexuales, morales y nacionales sobre todo, se borran o difuminan, y el amor y la necesidad se abren camino entre los escombros que va dejando a su paso la dura vida.
Preciosamente falsa, deliciosamente adorable, dulcemente me matas, una maravilla pequeña, devoremos nosotros también la tarta de chocolate y nata y las galletas de canela en rama.
Por un momento pensé que se iban a cargar la estructura tan prevista y expuesta justo más arriba, ese prototipo narrativo tan usado, que no iba a estallar el esperado e inevitable conflicto, que ese era el truco del almendruco, que nadie se iba a dar cuenta de la farsa o que sí, pero que no les importaba nada, una placida armonía y ya está, para qué más, si no hay necesidad, vivir bien, felices como rellenas perdices, eternamente en la mentira, que iba a ser más arriesgada y original de lo imaginado, por lo tanto, pero no, claro que no, cayeron en ello de lleno, aunque tardasen mucho más en reproducir ese gastado modelo y lo hicieran de forma más concisa y escueta y sobria, menos sentimental y aberrante, sin histerismos ni escenas, solo apenas unas pocas malas palabras y unas cuantas acongojadas lágrimas.
Otro asunto que planea o está de fondo, de manera más o menos indirecta, es la telaraña kosher, como símbolo y metáfora de todo lo demás, de un país y una cultura, que la asfixia sutil y constantemente, tanto en lo más íntimo como en lo público, a ella y que representa muy especialmente el pelma de su cuñado, en esa agobiante inercia/presencia o tal vez mejor decir presión/represión puede haber, late una crítica a veces velada y otras más descarada a la sociedad israelí que tiende hacia cierto ensimismamiento religioso coercitivo, país en guerra que se cierra y desconfía, y que contrasta con la Berlín aquí apenas esbozada o tal vez más soñada o deseada y con las relaciones/reacciones de los personajes (es obvio pensar en cómo ella casi le viola a él, esa brillante escena, muy bien rodada, que pasa de incómoda amenaza a placer, consuelo y sentido) de esta historia, mucho más libres y bastante menos constreñidas, donde las fronteras, sexuales, morales y nacionales sobre todo, se borran o difuminan, y el amor y la necesidad se abren camino entre los escombros que va dejando a su paso la dura vida.
Preciosamente falsa, deliciosamente adorable, dulcemente me matas, una maravilla pequeña, devoremos nosotros también la tarta de chocolate y nata y las galletas de canela en rama.