Extraña experiencia, inclasificable, compleja (como pocas películas hayas podido ver).
Alegoría surrealista que ofrece múltiples lecturas. Disecciona la sociedad sueca y trata múltiples aspectos, entre los que se encuentran: la alienación humana, el infortunio por la perdida, el silencio y la desesperación del poeta, la irracionalidad de ciertas decisiones o comportamientos, la locura de las masas, el sacrificio de la juventud por las generaciones mayores, el racismo, el nazismo, la religión, etc.
Buena fotografía con secuencias inconexas, la mayoría con el encuadre y la cámara fija (es importante lo que trasciende fuera del plano principal).
Su visionado es difícil, con un ritmo lento que no responde a los esquemas tradicionales narrativos.
Una película única e irrepetible.
Este estilo propio, Andersson lo repetirá e irá perfeccionando en sus sucesivas películas como una forma de entender el cine muy personal.