Se sirve de una situación trágica, la muerte de un hijo, en un contexto, en el que puede derivar la situación actual, que estamos viviendo. Cómo y qué sienten la pareja protagonista, en su reencuentro al cabo de un lustro. Qué piensan realmente,b/n, y que son capaces de decirse a la cara. El dolor es inevitable, todos lo sentimos; pero el sufrimiento es opcional. No porque la otra persona no exprese el sufrimiento de la misma manera que tú, no quiere decir que no exista dolor en su corazón. Ni que sea menos que tú. El sufrimiento es siempre opcional, el dolor todos lo experimentamos a lo largo de la vida, nadie se salva. Candela se aferra al sufrimiento, como única posibilidad, sin salida, exigiendo explicaciones...Javier necesita aire, para seguir viviendo...
Sin respeto a lo diferente, todo salta por los aires. A buenas somos los mejores, a malas no hay futuro común posible. Todo nace, se desarolla y muere, es la regla, aunque algunos crean en la excepción.


Isabel Coixet vuelve a sus orígenes, "cosas que nunca te dice", aunque al desarrollarse la película, con solo dos actores, sufre los normales alti-bajos. Buena película, cómo siempre con Isabel se hacen imprescindibles para visionados en el tiempo de sus películas, para descubrir matices ocultos. Javier y Candela lo clavan; dicen mucho con poco..