Incoherente de principio a fin con las anteriores entregas esta parte es, posiblemente, la peor de todas, aunque en el fondo es divertida siempre y cuando no se la intente tomar en serio.

Y es que te lo puedes pasar en grande si la ves como una parodia o como una película mala de la que te ríes de lo estúpida que es. Tiene escasas muertes, y muy cutres, la del videojuego es absurda y vergonzosa (aparte dura una eternidad) pero los caretos y frases de Fred no tienen desperdicio, es Freddy el bufón.

La parte final intenta innovar y añadir hechos que no conocíamos del pasado de Freddy. El intento se agradece, pero en el fondo no aporta nada. Las burlas de los niños o las palizas del padrastro no justifican una mierda, encima son los típicos motivos que el cine se empecina en dar a los maníacos (no falta tampoco el matar animalitos de pequeño... por favor...). Ese pasado hace de Fred un loco más, sin nada que lo diferencie de otro excepto que el día de su muerte unos demonios que pasaban por allí le dan poderes sobrenaturales. ¡Venga ya!.

El resultado es un descontrol repetitivo cuya finalidad es la de terminar una longeva saga que no debería haber pasado de la primera entrega, y que por supuesto pasaría de esta.