Esta película me recuerda a esos telefilmes que emitían por la sobremesa antes de que la TDT lo llenase todo de realities. Películas de mujeres sufridoras, que un día eran maltratadas, otro violadas, en otro perdían la custodia de sus hijos, y otros, como este caso, eran secuestradas. En una palabra: víctimas.

No voy a entrar a valorar el estado mental de secuestrador, con su estúpido plan de huída y de futuro, y que sirve para poder justificar cualquier cosa, pero sí el papel de la protagonista. Dudo mucho que en un caso así una mujer se atreva a hacer las cosas que hace esta chica. Nunca haría nada que pusiera en peligro ni a su hijo, ni al nexo de unión entre ambos, por muy desesperada que estuviese.

Este tipo de películas tiene su público, pero desde luego, yo no estoy entre ellos.