Su desenlace, el cual dura unos 10 min, es el plato fuerte (y el que mejor sabe) de este... bodrio perpretado por un individuo que lleva dos propuestas en sus espaldas.

Cámara en mano. Un ecuador y su arranque (he estado apunto de quitarla) filmados de manera muy amateur, como si cogieras el propio movil y te pusieras a grabar; sobra decir que su fotografia es nula, y no contiene producción detrás de su metraje, del cual tengo que decir que dura lo que dura (casi hora y 20 min), porque de algún modo hay que llegar a su conclusion (que ésa era la peli que yo quería ver) sin que nos pueda importar lo más mínimo lo subnormales que puedan llegar a ser los del reparto, y con un tio disfrazado de oso. O algo así. Cincuenta minutos dura la tortura.

El tercio final es Call of Duty en modo zombie, con una minúscula pincelada alien, aunque pueda tener un poco más de asentamiento en el ojo de cámara el mismo videojuego. Haría falta algo más de contención en el manejo del found footage. En este apartado, y en esos intervalos de tiempo, cuesta algunas veces apreciar lo que ocurre.
Toda esa parte de asaltos a laboratorios, pruebas y ensayos clínicos merecía mucho más que el resto.
Y también voy a mencionar los créditos finales (que es donde se verá prácticamente todo lo dicho hace un momento). Me parecen curiosos.