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Voto de Juan Marey:
9
Intriga. Comedia Sherlock Holmes y el doctor Watson parten hacia Escocia para investigar la desaparición del marido de una bella mujer. Una vez allí, descubren que en el caso está involucrada una sociedad que pertenece al Servicio Secreto de su Majestad. Pero, antes de que pueda aplicar sus extraordinarias dotes de deducción para resolver el asunto, Holmes comete un error que, además de arruinar su reputación, podría también poner en peligro la ... [+]
22 de marzo de 2015
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
“La vida privada de Sherlock Holmes” se estrenó en 1970 y fue un fracaso. La película fue una sombra de la que soñó Wilder, para Holmes quería a Peter O’Toole y para Watson a Peter Sellers, tuvo además que eliminar una hora y veinte, por exigencia de la distribuidora, pero el caso es que, vista hoy, “La vida privada de Sherlock Holmes” es una absoluta maravilla. El Holmes de Robert Stephens no se puede comparar al de Jeremy Brett, ni a los de Basil Rathbone o Peter Cushing, pero es un Holmes perfecto para esta película: con algo menos de brillo y de carácter, auto irónico, vulnerable, un Holmes en el que se ceba con especial encono el aburrimiento que hay entre caso y caso, en el que el recurso a la cocaína está más justificado y que está ya expuesto a caer en el amor. Como no podía ser menos en una película de Wilder, hay chistes magníficos y una trama estudiada (que se sostiene pese a los cortes); pero el enamoramiento de Holmes, el proceso de su relación con el personaje interpretado por Genevieve Page, es lo que deja poso, es una pasión que va por dentro; la pasión del cerebro que se enamora, y entonces pierde.

En este film, Wilder tampoco hace una excepción en lo que se refiere a criticar irónica y magistralmente todo lo que él quiere, cuestionándose constantemente los valores de sus personajes y denunciando en algunos casos su falta de moralidad, su mezquindad o su falsedad como persona, demostrando por enésima vez su valentía y capacidad para mostrar lo más oscuro de ellos. En “La vida privada de Sherlock Holmes” encontramos innumerables criticas (políticas, sociales o morales) pero de forma sutil, elegante, algunas incluso cómicas y realmente sinceras, desde las explícitas (Nietszche es demasiado alemán), a la declaración de tolerancia que hace sobre la homosexualidad, todo esto presentado de forma magistral, a modo de aventura detectivesca aparentemente inocente y sin maldad alguna pero con la profundidad suficiente como para que la película no se quede en la crítica panfletista y resista el paso del tiempo con una solidez digna de la pequeña obra maestra que es.

Una excelente y personal visión del gran detective, una muestra más del talento de Billy Wilder como director y guionista. Wilder se atreve con un personaje complicado así como muy estereotipado y le imprime su particular sello en un ejercicio de audacia. Su labor se ve apoyada por una lograda dirección de arte, bajo la batuta de Tony Inglis; una cuidada fotografía, dirigida por Christopher Challis; y una sublime banda sonora compuesta por Miklós Rózsa, quien incluso aparece en un cameo como director de orquesta.
Juan Marey
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