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Voto de Juan Marey:
10
Romance. Drama Viena, 1900. Stefan Brand, un famoso pianista, recibe una carta de una mujer con la que mantuvo, en el pasado, una relación amorosa que ya no recuerda. Lisa es para él una desconocida, alguien que ha pasado por su vida sin dejar huella. Y, sin embargo, ella sigue apasionadamente enamorada de aquel joven músico que conoció cuando era todavía una adolescente. (FILMAFFINITY)
20 de julio de 2014
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película excepcional, está producida por John Houseman que fue la mano derecha de Orson Welles en el “Mercury Theatre” durante bastante tiempo, precisamente uno de los componentes del “Mercury Theatre”, Howard Koch, es el autor del fantástico guión de esta película, basada en una obra extraordinaria de un gran escritor, Stefan Zweig.

La película marca el comienzo de la carrera de Max Ophüls en Hollywood, en donde llevaba bastante tiempo sin poder trabajar con continuidad y son precisamente estas dos estupendas personas, John Houseman y sobre todo el guionista Howard Koch, los que pensaron que él era la persona ideal para poder llevar a cabo esta historia, ¿por qué? Pues muy sencillo, porque Max Ophüls es Viena y Max Ophüls es el romanticismo que sale de las páginas de Stefan Zweig, es un hombre enamorado de los trenes, es un hombre enamorado del fin de siglo, de las calles empedradas, de los duelos, de la ópera, de la música de Mozart, es realmente uno de los últimos grandes románticos, no del cine, si no de la cultura en general.

Creo que en esta época en la que está cambiando tanto la tecnología, en la que los nuevos cineastas filman de una manera que podríamos decir que no tiene nada que ver con el clasicismo, pues bien, en esta época tan grande de transición, tanto en el cine como en los medios de comunicación, ver esta película es uno de los más grandes regalos que hoy en día puede ser dado, porque es sin paliativos una de las grandes obras maestras que ha hecho el cine, y no el cine de los años cuarenta, el cine en general. Además está Joan Fontaine que venía de trabajar hace relativamente poco nada menos que en “Rebeca” de Hitchcock y es esa cara luminosa que tanto puede plasmar la ingenuidad de una adolescente, o la madurez, la sensualidad y el erotismo de una mujer, y también prácticamente es el debut de Louis Jourdan, que luego haría “Gigi” y tantas otras películas. Una espléndida y apasionante historia de amor y una espléndida y apasionante historia de honor.
Juan Marey
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