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Voto de Juan Marey:
8
Drama En la boda de Óscar con Ana hay mucho derroche, pese a que estamos en los años de la posguerra española. Gloria, la madre, es muy generosa y en "El jardín" hay mucho estraperlo. El hijo menor, Juan, que mantiene relaciones con Ángela, riñe con su hermano y debe irse de casa. Mientras Juan triunfa en la "corte" franquista, Ángela da a luz a Juanito. Al cabo de los años, Juanito enferma gravemente en la búsqueda de su padre. La abuela se ... [+]
16 de febrero de 2024
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Primera película de la excelente trilogía que Manuel Gutiérrez Aragón realizó sobre la sociedad española de las últimas décadas, la que va desde el franquismo hasta la democracia ya consolidada (las otras son “La Mitad del Cielo” y “El Rey del Río”). Su guion fue redactado por el propio Gutiérrez Aragón y Luis Megino, basado en las experiencias biográficas del director que nació en 1942, justo cuando empieza la narración del largometraje, es una visión ácida de la España rural de los primeros años del franquismo, con el racionamiento, el estraperlo y la miseria, no solo económica, sino moral, que embargaba a ciertas zonas del país.

“Demonios es el jardín” es una obra difícil de etiquetar, lo que, por otra parte, constituye uno de sus principales atractivos, un retrato de familia a través de los ojos de un niño que, desde su lecho de enfermo, condiciona la vida alrededor suya, desplegando un exhaustivo catálogo de malformaciones incubadas bajo una capa de honorabilidad. Con un trasfondo de carácter autobiográfico y una puesta en escena austera, Gutiérrez Aragón estudia la psicología de gentes singulares por medio de la mirada de este niño, Juanito (Álvaro Sánchez Prieto), el desgarro y los equívocos religiosos, la crueldad y lo grotesco, junto al aire esperpéntico de algunas escenas, se unen a una crítica social que cobra caracteres desmitificadores entorno del “héroe” de la época de Franco.

En la película hay una cierta atemporalidad que en nada se contradice con el hecho que su acción esté perfectamente situada en la España pueblerina de los últimos años cuarenta. El niño es un testigo de cuanto sucede a su alrededor, un notario de todo lo que le rodea, esto es algo que viene de la mirada de niño enfermo del director, un niño obligado a estar en la cama observa la vida desde lejos y se ve impulsado a “mirar” lo que no ve, lo que está fuera del campo visual, y a unir ambas vertientes (lo que ve y lo que no tiene más remedio que imaginarse) de una forma que a veces puede coincidir con la realidad y que otras puede ser completamente fantástica, su mirada carga de sentido lo que está pasando, pero lo hace de una manera autónoma, que puede o no coincidir con lo real.

Gutiérrez Aragón se convirtió gracias a películas como ésta, en uno de los grandes cineastas españoles contemporáneos, con un cine que maneja la realidad de una forma personal, mezclándola con la ilusión o la fantasía, en muchos casos producto de la imaginación infantil. Así ocurre en “Demonios en el jardín”, una película con tantos matices que necesita más de una visión para descubrirlos todos, clara indicación de que nos encontramos con un magnífico film.
Juan Marey
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