Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Juan Marey:
9
Drama. Cine negro Basado en una historia real. En 1932, Frank Wiecek fue condenado a 99 años de prisión por un crimen que no cometió. Doce años después, su madre, que limpiando pisos ha ahorrado 5.000 dólares, centavo a centavo, publica un anuncio ofreciendo ese dinero como recompensa para quien le dé la información que permita descubrir al verdadero criminal. Un escéptico periodista inicia una investigación. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2015
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película del director norteamericano Henry Hathaway debe mucho a su productor, Louis de Rochemont, un hombre que fue uno de los pioneros de los noticieros cinematográficos y creador de “La marcha del tiempo”, un nuevo noticiero de análisis sobre la actualidad de la época que Orson Welles parodiaba en “Ciudadano Kane”. Su experiencia como documentalista la trasladó Rochemont al cine de ficción después de la guerra y con la FOX rodó numerosas películas, basadas como ésta en sucesos verídicos previamente acaecidos, relatados a la manera de los noticieros cinematográficos.

“Yo creo en ti” es el título en español de esta brillante película dirigida por Henry Hathaway y fotografiada por Joe MacDonald y que, como se anuncia al principio del film, está rodada en los lugares reales, exteriores o interiores, en los que transcurre la historia, la sede del periódico, el bar, la comisaría o la cárcel en Illinois, lugares reales pero que están iluminados siempre con la precisión del trabajo en estudio y filmados con originales soluciones de puesta en escena que aportan profundidad y realismo a esta ficción que empieza como si se tratara de un noticiero cinematográfico sobre la ciudad de Chicago, sus orígenes y sus mafias, y que nos conduce a un bar clandestino frecuentado por inmigrantes polacos. El guión, escrito por Jerome Cady y Jay Dratler, relata a partir de ahí la historia de un error judicial por el que se interesa un periodista y su diario once años después de los hechos y a raíz de un extraño anuncio aparecido en el periódico, ese periodista es James Stewart, magnífico en su interpretación siempre contenida que va ir reconstituyendo paso a paso todos los elementos de la instrucción.

Henry Hathaway trata con maestría este melodrama policiaco en el que el suspense se mantiene hasta el último instante, mientras el espectador va descubriendo el papel de la prensa de investigación en los Estados Unidos, con ese personaje tan cinematográfico que es el periodista que juega a ser detective, James Stewart, para encontrar la verdad sobre el caso y denunciar la corrupción de un sistema que puede conducir a menudo a condenar a un inocente y en el que los intereses políticos y electorales se mezclan con las decisiones de esa justicia pretendidamente imparcial.
Juan Marey
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow