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Voto de Juan Marey:
9
Cine negro. Intriga Joe Morse trabaja como abogado para Ben Tucker, un hombre que se ha enriquecido gracias al clandestino e ilegal negocio de las apuestas. Pero para asegurarse el monopolio de esta actividad necesitan dar un golpe que implique la desaparición de todos los pequeñas casas de apuestas. Casualmente, una de ellas la dirige el hermano de Morse. (FILMAFFINITY)
24 de febrero de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No siempre sucede, pero a veces nos encontramos con algún actor, actriz o director cuya vida real parece haber sido escrita para la gran pantalla, es el caso de John Garfield: nacido en un barrio marginal y criado en reformatorios se dedicó a vagabundear por el país, fue boxeador y por fin actor de teatro y cine. La carrera de Garfield fue muy corta pero intensa y uno de sus mejores filmes fue la película que hoy nos ocupa, la ópera prima de Abraham Polonsky: “La fuerza del destino (Force of Evil)”, una película asombrosa, realista y a la vez poética.

La película cuenta con unos diálogos contundentes e irónicos, casi poéticos a veces cuando se centra en descripción de los sentimientos humanos, están firmados por ese excelente escritor que fue Abraham Polonsky y por Ira Wolfert, autora de la novela “Tucker’s people” de la que “Force of Evil” es la adaptación, un guion extraordinario, no he tenido el placer de leer la novela original pero el resultado del libreto es fantástico. A todo ello hay que unir la brillante fotografía de George S. Barnes, que durante su carrera participó en excelentes producciones como “Rebeca” (1940), ”Recuerda” (1945), “La guerra de los mundos” (1953) o “Juan Nadie” (1941), por poner algunos ejemplos, su trabajo es brillante, dejándonos multitud de imágenes para el recuerdo. Se cuenta que Barnes decidió filmar con una única fuente de luz, muy cruda, debido a la sugerencia por parte del director de inspirarse en los cuadros que Edward Hopper hizo de la Tercera Avenida de Nueva York, aquellas pinturas reflejaban como nadie la soledad de la gran ciudad, pero lo que no sabía el realizador es que los excelentes planos generales del final, con un atormentado John Garfield en una ciudad semidesierta, de paredes interminables y puentes amenazantes, traspasaron lo fílmico para adentrarse en la realidad, así debía sentirse el actor cuando le confirmaron su inclusión –y la de Polonsky- en la tristemente famosa Lista Negra del Comité sobre Actividades Antiamericanas, para un actor aquejado de problemas cardíacos, la persecución a que fue sometido y el consiguiente destierro por no querer delatar a ningún compañero, y por no admitir nunca su pertenencia al partido Comunista, resultaron fatales, cuatro años después, el 21 de mayo de 1952, en el mejor momento de su carrera, fallecía John Garfield a la edad de 39 años, sólo nos queda el consuelo de que el senador McCarthy no se saliera totalmente con la suya: miles y miles de seguidores de la estrella acudieron a despedirlo en un entierro multitudinario, el mayor desde la muerte de Rodolfo Valentino.

Por cierto, la película fue alabada por el propio Martin Scorsese que la consideraba como uno de los grandes clásicos del cine norteamericano, una de esas joyas escondidas que nos ofreció el cine negro, Scorcese cita “Force of Evil” en numerosos artículos, entrevistas o en su documental sobre el Cine americano, reconoce la importancia que tuvo en su propia obra, los principales elementos de ese cine que tanto nos gusta del director se encuentran aquí: mafia, corrupción, ascensión, caída y redención… Una fantástica película que aprovecha a la perfección cada minuto de metraje, una película totalmente recomendable, seas o no seguidor del cine negro, un título indispensable que no puedo dejar de ensalzar, alabar y elogiar, no lo dudéis, si no la conocéis concededle una oportunidad, seguro que lo agradeceréis.
Juan Marey
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