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Voto de Juan Marey:
8
Bélico Durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el general Frank Savage, de las fuerzas aéreas de los Estados Unidos, es enviado a Inglaterra para relevar al comandante de una unidad encargada de bombardear Alemania y cuyos miembros están completamente desmoralizados. Aunque es amable y comprensivo, Savage aplica inmediatamente una disciplina de choque para levantar la moral de la tropa. Los miembros del escuadrón, reacios al principio a ... [+]
13 de enero de 2024
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“Almas en la Hoguera” está dirigida por Henry King (1886-1982), un polifacético director estadounidense, de los pocos que logró brillar tanto en el cine mudo como en el sonoro, un artesano en el buen sentido de la palabra, un tipo que trabajaba por encargo y que aunque no siempre conseguía destacar, sí tiene un buen puñado de excelentes película, "Almas en la hoguera" es una de ellas. La acción nos sitúa en una base aérea de la 8ª Fuerza Aerea de EEUU en Inglaterra, la escuadrilla de bombarderos 918ª, una unidad que lleva varias semanas combatiendo y a la que las fuertes bajas han minado la moral de combate, para sustituir al agotado comandante de la 918ª se nombra al general Frank Savage, un espléndido Gregory Peck, quien decide aplicar una férrea disciplina para restaurar la moral de la tropa.

Por una vez, un título traducido, como es “Almas en la hoguera” resulta mas apropiado para captar la esencia de la historia que el título original. La película, en vez de describir los combates aéreos, centra su atención en la lucha interna de los pilotos sometidos a la tensión del combate y la angustia extrema que supone arriesgar la vida a cada momento, las almas de esos aviadores están siendo consumidas en la hoguera de la guerra hasta el punto de atormentar sus espíritus, en ese aspecto, el desarrollo del guion es sobresaliente, presentando a la perfección los distintos puntos de vista del mando y los combatientes. Es bastante fiel a lo que era la vida “normal” para las escuadrillas de B-17 norteamericanos que bombardearon Alemania, y enfatizo lo de “normal” porque casi no se ven escenas de combate, sólo al final y, como se indica al principio de la cinta, corresponden a escenas de combate real filmadas bien por los norteamericanos o por los alemanes. Otra cosa que sorprende de esta película es que no hay ningún romance y las únicas féminas que salen son las chicas de servicios auxiliares que reparten café a los pilotos y la enfermera del hospital, insertar romances en las películas bélicas era y es algo bastante típico, aunque dichos romances sean superfluos y no aporten nada a la trama principal, pero aquí brillan por su ausencia y eso que el actor principal es Gregory Peck y la película dura más de dos horas.

Probablemente, ésta sea una de las mejores películas de guerra aérea que se han hecho nunca, pero también, mucho más allá de los usos y costumbres del género, nos habla con enorme sabiduría de conflictos internos, de personalidades rotas, de hundimientos y depresiones en el siempre difícil interior de los seres humanos. Una película menos conocida que otras del género bélico de la Segunda GM, pero que ha envejecido la mar de bien, su factura es muy, pero que muy correcta y ahonda en el perfil psicológico del combatiente, más allá de heroísmos estériles, algo que de por sí, la hace interesante y recomendable.
Juan Marey
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