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Voto de Pepotelago:
6
Drama En junio de 1971 The New York Times y The Washington Post tomaron una valiente posición en favor de la libertad de expresión, informando sobre los documentos del Pentágono y el encubrimiento masivo de secretos por parte del gobierno, que había durado cuatro décadas y cuatro presidencias estadounidenses. En ese momento, Katherine Graham (Meryl Streep), primera mujer editora del Post, y el director Ben Bradlee (Tom Hanks) intentaban ... [+]
14 de febrero de 2018
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Si la protagonizara Ferreras la película se titularía The Post-ureo (Más Periodismo). Por suerte, no es el caso. Es un viaje intenso al periodismo puro a través de unos personajes magníficos (el elenco de actores/actrices es brutal) que plantea un dilema al Washington Post sobre la publicación de unos documentos que implican un escándalo de encubrimiento para diversas presidencias de los EEUU. Y se plantea desde la determinación del director del periódico (un fantásico Tom Hanks haciendo de Tom Hanks) en su defensa de la libertad de expresión y la independencia y libertad de prensa, y las dudas de la dueña del periódico (Meryl Streep, sobrevalorada una vez más) sobre qué decisión tomar ante las posibles represalias de la administración Nixon. Es decir, es como si Ana Rosa Quintana se hubiera planteado en algún momento de su vida qué es el periodismo y hubiera tenido después alguna pretensión de aplicar la teoría.

La historia, real, es una gozada. Y aquí vienen los peros. Es tan potente la historia en sí que la presencia de dos actores tan grandiosos (sobretodo Streep, #otrapelideMerylStreepnominada) le roba protagonismo. Es decir, Spielberg parece forzado a darle un protagonismo excesivo a Meryl, simplemente porque es Meryl, con algunas secuencias que nos importan un carajo sobre su vida personal. Pasa menos con Hanks, que encaja perfectamente dirigiendo la redacción. En Spotlight, por ejemplo, teníamos un casting más ajustado, más plano, que beneficiaba la historia. Aquí, Meryl Streep se lleva parte de esta historia.

Es uno de los motivos por los cuales la película no crece lo suficiente. El otro, la dirección extremadamente clásica de Spielberg (conste que me encanta) que no aporta demasiado a la película. Cada vez que utiliza su clásico travelling de acercamiento al rostro de Tom Hanks no puedo evitar pensar en Indiana Jones...Tom Hanks y la última cruzada. Colapso.
Pepotelago
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