Reseña libre de Spoilers, tranquilos.

Una vez bajado del carro de ‘Hannibal’, después del maravilloso trabajo que estaba haciendo con el psicópata y canibal, Bryan Fuller ha sacado su varita mágica para encargarse de ‘American Gods’, una serie que cambia por completo el concepto que tenemos de los Dioses y casi de las series, porque estamos ante un show incomparable.

Digo lo de la varita, porque si uno le ha seguido de cerca al realizador, verá que tiene todos los elementos que le hacen característico: escenas mimadas al detalle, visualmente apabullante y excesiva, ritmo pausado para contar bien todo lo que tiene que contar, protagonistas y seres extraños, tramas endiabladas y retorcidas (marca de Neil Gaiman).

Si el estilo no os llama la atención, puede que terminéis bajándoos del carro y es normal, tarda en arrancar con su trama principal, pero una vez que estás inmerso en su mitología, no hay marcha atrás. Por lo menos, ese ha sido mi caso.

En mi caso, tardé un par de episodios en entrar al juego, pero ‘American Gods’ me ha satisfecho plenamente. No duden que ahí estaré para ver la siguiente entrega.

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