Después de participar en el Festival de San Sebastián, dentro de la sección oficial de largometrajes y de que saliese escaldada de lo lindo, ‘Autómata’ era una película que me llamaba la atención ya desde su tráiler. Y si bien es cierto que no es una película para competir en un Festival, el morbo de ver en pantalla a Antonio Banderas y Melanie Griffith juntos tras su separación en pantalla grande, podía más que las críticas de turno.

Así como no es una película capaz de participar en un festival, servidor ha visto maneras y formas a la hora de rodar una película de robots en España y la idea hay que aplaudírsela a Gabe Ibáñez.

Algunos dirán que no ha inventado nada, que ‘Eva’ estaba antes, pero otros pueden ver en ‘Autómata’ una estética digna de las buenas películas de ciencia ficción americanas que revientan las taquillas en medio mundo y esta aguanta el tipo con una buena dosis de ingeniosos efectos especiales, buen uso de la música, buena producción y una magnífica fotografía.

Difícil trago para Banderas, que si hablábamos hace unos meses que el hecho de estar sobreactuado le ayudaba en ‘Los Mercenarios 3′, aquí la verdad es que patina un poco. No termina de pegar con el resto de la película, pero tampoco eso quiere decir que realice una mala actuación.

El punto flaco de la cinta (y es donde entiendo las críticas negativas porque se pueden disparar todas las balas que se quieran, es en el guión. Concretamente la película muere en el tercer acto con su viaje por el desierto. Con lo bien que estaba llevándose la trama en esa ciudad distópica, pasamos a otra localización que… ¿realmente era necesaria? Me ha recordado, por momentos, mucho a la serie ‘Almost Human’ y no paraba de pensar en que podría incluso haber sido un capítulo estirado.

¿Fallida? Puede ser, había maneras y buenas formas pero no había nada de fondo. No es mala, simplemente se deja ver.

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