Continuación de la comedia "Los padres de ella".

Si la anterior basaba su humor en la tirria mutua que compartía el binomio suegro/yerno y la serie de gags que producián sus pullas y encontronazos; esta continuación también nos relata con humor cómplice la empática situación de las presentaciones entre consuegros, y la mutua (in)tolerancia de estas parejas desconocidas que se convierten involuntariamente en familiares que deben llevarse bien (aunque no evitan encontronazos (que siempre son refrenados y contenidos por el bien familiar)). En este caso, el choque se da entre el matrimonio conservador y el liberal.

Es cierto que "Los padres de ella" tenía momentos y situaciones más estruendosamente desternillantes (aunque eran muy pocos esos momentos, mientras que el resto del metraje era bastante apagado), y sin embargo ésta tiene momentos que tan solo son moderadamente divertidos... pero que se dan en casi todo momento y que resultan enormemente simpáticos. Es decir, "Los padres de él" no hace soltar la carcajada escandalosamente en algún punto como la anterior, pero mantiene la sonrisa y la simpatía mejor que su predecesora.

Su simpleza (nada original, elaborada o sorprendente) es rescatada por un truco maestro: La falta de gracias desternillantes e ingenio se suple con unas maravillosas actuaciones cómicas de Streisand y Hoffman que nos dan unos personajes muy carismáticos y cómplices. Pues sí, Streisand y Hoffman son la película y contruyen un par de personajes que, aun siendo extravagantes, alocados y despreocupados, no dejan de ser cercanos y tiernos. Solamente las potentes personalidades que logra el nuevo par y la velocidad a la que viven (descolocando a un divertido DeNiro) son el gancho que logra atraer de principio a fin durante el metraje y sostener un producto demasiado convencional.

Enérgicos, alegres y entrañables, los Follen son los padres más cachondos del cine: un matrimonio desvergonzado, vividor, feliz, cariñoso, hogareño, "salido" y algo "hippiano" que nunca es insoportablente histriónico sino naturalmente cálido. El par es llevado a una serie de tonterías estúpidas pero que, encarnadas en la presencia de Hoffman y Streisand, logran camelar de forma instantanea.

El resto de la comedia se limita a gracietas vistas mil y una veces (con bebe y animales incluídos). Y es que, al igual que la anterior, "Los padres de él" no es precisamente el sumun de la comedia ni una cinta imprescindible. No es algo que merezca la pena, pero afortunadamente tampoco es un aburrimiento insoportable. Entretiene sin sorprender, se desarrolla con fluidez, y su tono optimista se transmite con triunfo gracias a las actuaciones y a una puesta en escena en la que destaca el exótico y hogareño hábitat de la familia Follen.

Así que... sí. Conmigo funcionó el que la cinta solo consistiera en estar en la compañía de los Follen.

Lo mejor: Streisand y Hoffman...