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España España · MADRID
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2
Aventuras. Romance Edad Media, siglo XIV. William es un joven plebeyo extraordinariamente dotado para justas y torneos. Tras la repentina muerte de su maestro, se hace pasar por un noble caballero y lleva una vida aventurera junto a sus amigos y escuderos Roland y Wat. En uno de sus viajes, conoce a Chaucer, un escritor que crea para él un árbol genealógico que justifique el título nobiliario del que se ha apropiado.
8 de julio de 2021
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 2001 el gran Heath Ledger protagonizó una cinta comercial de aventuras que se acerca más a "Dragonball Evolution" (2009) que a "La Comunidad del Anillo" (2001). Así que estamos ante su Caballero más oscuro a nivel cualitativo. Ambientada en la época medieval pero con guiños continuados al mundo contemporáneo, su premisa trata de conducirnos con poco éxito por los avatares de un "plebeyo" que se hace pasar por noble para competir en las Justas de la época, vencer al malvado de turno (Rufus Sewell) y llevarse a la chica buenorra (Shannyn Sossamon). Y ya, no busquen más, no busquen personajes multidimensionales, desventuras intrincadas, erudición histórica o romances que pasen del calentón de instituto. Pero tampoco esperen un producto palomitero que al menos distraiga con pericia y divierta con astucia.

El pobre Ledger no tuvo la culpa, vaya por delante, pero tampoco voy a ensalzar este bodrio monótono, redundante y sin chispa cómica solo porque aparezca en ella el Oscarizado actor australiano. Que si Al Pacino ha aparecido en "El padrino" (1972) y en "Jack y su gemela" (2011) y queda patente la diferencia de calidad entre ambas, lo mismo puede aplicarse en el caso de Ledger que tiene en su haber joyas como "Brokeback Mountain" (2005) o "El caballero Oscuro" (2008) o engendros como "Zarpas" (1997) o este "Destrino de Caballero" que nos ocupa.

Vale, el guión trata todos sus arquetipos de telenovela de saldo con la más absoluta pereza (con personajes que cambian de opinión o humor en cuestión de un segundo solo porque el cliché así lo ordena, con situaciones que no tienen ni pies ni cabeza ni siquiera dentro de su propio universo estrafalario (es como si el guionista Brian Helgeland (autor de libretos tan portentosos como los de "L.A. Confidential" (1997), "Mystic River" (2003) o "Green Zone" (2010)) se hubiera convertido en uno de los muchos primates que aporrean al tuntún las máquinas de escribir de Krusty el Payaso de "Los Simpson")) y en lugar de hacerlos crecer los hace menguar porque pretende jugarse todas las cartas en el humor. Pero es que hay un problema: "Destino de Caballero" no tiene gracia. Sus chascarrillos no desmerecerían a un capítulo de JONAS (2009-10) o Jessie (2011-15) (quien encuentre estruendosas frases como "Tus pechos... están bajo tu garganta", "Es rápido, certero y da mucho dinero" pues entonces está de enhorabuena) y convierten a series como "Hannah Montana" (2006-11) o "Henry Danger" (2014-20) en obras maestras del humor. El pretendido dúo cómico que acompaña al protagonista es incluso peor que los ratones de "Cenicienta" (1950), BB8 o Jar Jar Binks.

Y, mientras Helgelans desbarra en el guión, también opta con lo usual e indolente en la realización. A pesar de que la cinta cuenta con bellísimos paisajes rurales Helgelans no los nutre con una fotografía de realce (esto no es "Nomadland" (2020) precisamente), mientras que sus planos son confortables y congruentes a la par que resobados. El reparto por su parte hace lo que puede, Ledger está competente a pesar de que su personaje no tiene salvación alguna al enterrarse entre tantas chuscadas de vergüenza ajena. Mientras que entre sus comparsas ya destacaban sólidas presencias como las de Paul Bettany o Rufus Swell (que han tenido mejores materiales con los que trabajar, básicamente el resto de su filmografía).

Y así tenemos una trama tan simplona como forzada, con una redundancia exasperante (la "broma" dura más de dos horas) y con una comicidad errática en casi todo momento. Si al menos hiciera reír porque su despropósito tuviera un ritmo vehemente como "Batman y Robin" (1997)... pero ni reírse de ella con agilidad se puede. A pesar de tener armaduras con el logo de NIKE (suponemos que fue la marca que más pasta puso para hacer esto), a Ledger con look de rastafari jamaicano o surfero hawaiano según esté en su modo plebeyo o noble, a Sossamon con un vestuario y una peluquería más propios de un concierto de Elton John o unos bailes medievales que derivan en el peor meneo que Bollywood haya podido mostrar.

No se la recomendaría ni a mi peor enemigo (bueno, tal vez a los más peques de la casa les puede encandilar un poco... aunque lo dudo bastante). En cuestión de cintas de entretenimiento que entremezclen lances de época con complicidad contemporánea... "Destino de Caballero" es claramente inferior a "Sherlock Holmes" (2009), "Robin Hood" (2018) (también escrita por Helgelans, por cierto. Pero aquí al menos la trama discurre con mayor solicitud), "Moulin Rouge" (2001), "Rey Arturo" (2017) o "El gran Gatsby" (2013). Digamos que se acerca más a "El Rey Escorpión" (2002), "El guerrero número 13" (1999), "Romeo + Julieta" (1996) o "El monje" (2003) (aunque admito que a la que más me ha recordado es a la bicha: "Dragonball Evolution", a la que supera por poco gracias a la labor actoral y los exteriores tan hermosos).

Lo peor: El guión.
Lo mejor: El tema "We Will Rock You", pero eso no es virtud de la película, ni de Ledger, ni de Helgelans, es de Queen al que el nivel de los fotogramas no acompañan al de las notas musicales.
Spark
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