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7
7,0
68.445
Fantástico. Aventuras. Drama
El final ha llegado. Harry, Hermione y Ron tendrán que recuperar la espada de Gryffindor para encontrar y destruir los últimos horrocruxes. Mientras tanto, Lord Voldemort está a punto de apoderarse por completo de Hogwarts y de conseguir su objetivo: matar a Harry Potter. La única esperanza de Harry es encontrar los horrocruxes antes de que Voldemort lo encuentre a él. Buscando pistas, descubre una antigua y olvidada historia: la ... [+]
15 de julio de 2011
86 de 101 usuarios han encontrado esta crítica útil
El final de Harry Potter... no es un final cualquiera, es un final esperado desde hace más de una década tras 7 (y muy heterogeneas) películas (algunas llenas de mágicas aventuras e intrigas, otras con más drama, otras con más acción...). Con un mundo mágico fascinante y complejo con el que muchos hemos crecido, y con unos personajes que poco a poco hemos ido cogiendo cariño a lo largo de los años.
El aliento ilusorio y novelesco de una generación llega a su apetitosa resolución. Y creo que jamás había estado tan nerviosa y expectante antes de entrar a una sala de cine, jamás. Admito que me daba bastante igual lo que me fuera a encontrar ya que solamente la sensación de despedida me iba emocionando por sí sola... pero si el film hubiera sido un desatre, todas esas sensaciones se hubieran evaporado por el sentido del ridículo y la vergúenza ajena.
Pero no fue el caso. Porque dejando de lado el ingominioso doblaje al castellano (recomendable ver la versión original si no se quiere escuchar a Harry Potter luchar contra un señor tenebroso que al hablar parece Forrest Gump y no Lord Voldemort), el final complace... sin ser una obra maestra.
Técnicamente es espectacular y elegante (dejemos de lado también algún error de caracterización), Yates logra el toque visual idoneo para el tono de esta entrega (como ya lo consiguió, en mi opinión, con "El Príncipe Mestizo").
Como hay mucho que contar, el film trata de ser conciso en su narración. Y esta vez Yates (ya era hora) consigue un buen ritmo narrativo que no aburre en ningún momento, con una trama que progresa correctamente por la que Harry recorre con pujanza y desesperanza lugares embrujantes y fantásticos para resolver su gran asunto pendiente. Yates se deja llevar por el buen guión que Kloves adapta con acierto de la novela de Rowling.
Las 2 horas y pico de metraje resultan sin duda un estupendo entretenimiento con algunas escenas de acción realmente espectaculares (ese abrasante ataque al castillo de Hogwarts... o ese alucinante viaje por Gringotts que por fin se asemeja a lo narrado en la primera novela de Rowling) y una misión por resolver cada vez más complacientemente exclarecedora.
Dentro de este llevadero entretenimiento no se evitan algunas escenas forzadas entre los actores, o algunas con un melodrama demasiado afectado e impuesto... pero la sorpresa llega cuando nos encontramos con momentos de impactante drama seco, y con algunas escenas que reservan algún detalle cómplice respecto a los personajes y un buen puñado de momentos emotivos muy bien ejecutados delicadamente que, si se ha visto la saga entera, simplemente harán estallar en lágrimas (y son tantos esos momentos que nos reserva la entrega final, que si uno de ellos no hace mella en el espectador fan, lo hará otro). Yo he sollozado, lo admito, y más de una vez con algún que otro momento. He llorado con Harry, con Ron, con Hermione, con alguna mirada o abrazo de los personajes que rememoran una duradera amistad...
El aliento ilusorio y novelesco de una generación llega a su apetitosa resolución. Y creo que jamás había estado tan nerviosa y expectante antes de entrar a una sala de cine, jamás. Admito que me daba bastante igual lo que me fuera a encontrar ya que solamente la sensación de despedida me iba emocionando por sí sola... pero si el film hubiera sido un desatre, todas esas sensaciones se hubieran evaporado por el sentido del ridículo y la vergúenza ajena.
Pero no fue el caso. Porque dejando de lado el ingominioso doblaje al castellano (recomendable ver la versión original si no se quiere escuchar a Harry Potter luchar contra un señor tenebroso que al hablar parece Forrest Gump y no Lord Voldemort), el final complace... sin ser una obra maestra.
Técnicamente es espectacular y elegante (dejemos de lado también algún error de caracterización), Yates logra el toque visual idoneo para el tono de esta entrega (como ya lo consiguió, en mi opinión, con "El Príncipe Mestizo").
Como hay mucho que contar, el film trata de ser conciso en su narración. Y esta vez Yates (ya era hora) consigue un buen ritmo narrativo que no aburre en ningún momento, con una trama que progresa correctamente por la que Harry recorre con pujanza y desesperanza lugares embrujantes y fantásticos para resolver su gran asunto pendiente. Yates se deja llevar por el buen guión que Kloves adapta con acierto de la novela de Rowling.
Las 2 horas y pico de metraje resultan sin duda un estupendo entretenimiento con algunas escenas de acción realmente espectaculares (ese abrasante ataque al castillo de Hogwarts... o ese alucinante viaje por Gringotts que por fin se asemeja a lo narrado en la primera novela de Rowling) y una misión por resolver cada vez más complacientemente exclarecedora.
Dentro de este llevadero entretenimiento no se evitan algunas escenas forzadas entre los actores, o algunas con un melodrama demasiado afectado e impuesto... pero la sorpresa llega cuando nos encontramos con momentos de impactante drama seco, y con algunas escenas que reservan algún detalle cómplice respecto a los personajes y un buen puñado de momentos emotivos muy bien ejecutados delicadamente que, si se ha visto la saga entera, simplemente harán estallar en lágrimas (y son tantos esos momentos que nos reserva la entrega final, que si uno de ellos no hace mella en el espectador fan, lo hará otro). Yo he sollozado, lo admito, y más de una vez con algún que otro momento. He llorado con Harry, con Ron, con Hermione, con alguna mirada o abrazo de los personajes que rememoran una duradera amistad...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
... pero sobre todo he llorado con Snape y su tragedia. Ha sido una lástima que a este poderoso antihéroe el cine le haya tratado tan mal mientras las novelas le han tratado tan bien en su complejo personaje. En mi opinión Rowiling le dedicó a este personaje el capítulo más bonito de toda la serie literaria... y por lo menos habrá que agradecer que en esta adaptación no se hayan comido el capítulo con patatas (porque yo me esperaba que lo hicieran visto lo visto anteriormente). Me parece que Rickman encarna dignamente los sentimientos de la escena de su muerte, su mirada con su calidez final y ese "tienes los ojos de tu madre" (ni siquiera importa que hayan añadido esa frase que no estaba en las páginas de Rowling) dice mucho más que cualquier abrazo entre los algo insulsos actores adolescentes de la saga.
En fin, qué decir tras tantos años. Una resolución a la altura de las circunstancias que no llega a tocar el cielo. Imprescindible y complaciente para cualquier fan de la saga... pero dirá poco o nada al resto de cinéfilos que no sepan la trama de Potter y su universo.
Lo mejor: La última frase de Snape a Harry antes de morir, los recuerdos de Snape, la mirada de despedida entre Ron y Harry antes de que este último se enfrente a sabiendas a su propia muerte, la brutal muerte de Snape a manos de Nagini y Voldemort (bárbara y seca, pretende impactar sin que apenas se vea... y lo logra), la escena en la que McGonagall hechiza y ordena con diversión (y esa finura que la caracteriza) a las estatuas de Hogwarts para que defiendan el castillo. El viaje del trío por las cuevas de Gringotts. Neville matando a Nagini con la espada de Gryffindor.
Lo peor: El epílogo (no hay duda de ello. ¡Qué vergüenza! todo el cine riéndose ante la patética secuecia del "19 años después" en la que pintan el pelo de un Draco adolescente y bajito de blanco para que parezca 19 años más mayor). Las pocas ganas que le ponen el guionista y el director (y los actores) al romance entre Harry y Ginny. La muerte de Bellatrix a manos de Molly Weasley (me esperaba a una matriarca más furiosa tal y como lo describían en el llibro).
En fin, qué decir tras tantos años. Una resolución a la altura de las circunstancias que no llega a tocar el cielo. Imprescindible y complaciente para cualquier fan de la saga... pero dirá poco o nada al resto de cinéfilos que no sepan la trama de Potter y su universo.
Lo mejor: La última frase de Snape a Harry antes de morir, los recuerdos de Snape, la mirada de despedida entre Ron y Harry antes de que este último se enfrente a sabiendas a su propia muerte, la brutal muerte de Snape a manos de Nagini y Voldemort (bárbara y seca, pretende impactar sin que apenas se vea... y lo logra), la escena en la que McGonagall hechiza y ordena con diversión (y esa finura que la caracteriza) a las estatuas de Hogwarts para que defiendan el castillo. El viaje del trío por las cuevas de Gringotts. Neville matando a Nagini con la espada de Gryffindor.
Lo peor: El epílogo (no hay duda de ello. ¡Qué vergüenza! todo el cine riéndose ante la patética secuecia del "19 años después" en la que pintan el pelo de un Draco adolescente y bajito de blanco para que parezca 19 años más mayor). Las pocas ganas que le ponen el guionista y el director (y los actores) al romance entre Harry y Ginny. La muerte de Bellatrix a manos de Molly Weasley (me esperaba a una matriarca más furiosa tal y como lo describían en el llibro).