"Ocean's 12" trata de ofrecernos lo mismo que su predecesora: una historia sobre la preparación y ejecución de un robo (esta vez, de varios robos) que son solo mera excusa para el lucimiento de sus estrellas... sin embargo aquí no se lucen tanto como antes, primero porque ese guión tan enrevesado lo entorpece (está cargado de morralla y giros facilones y estúpidos que, en lugar de hacer el relato más intrigante o soprendente, solo lo hacen más mareante y caótico) y no nos deja saborear los momentos de compadreo afables tanto como en la anterior. Y tampoco se lucen porque, al tener tanta estrella donde elegir, eligen mal. Clooney y Pitt parecen aquí tan "sobraos" que se creyeron que por poner muecas ellos solos la cosa iba a funcionar, pero parece ser que no eran ellos solos el secreto del éxito. Uno de los grandes secretos de su predecesora era el explotar el encanto de los "once".... sobre todo de los veteranos (Elliot Gould y Carl Reiner), de los personajes de los hermanos Malloy (Scott Cann y Casey Affleck), y de Yen , de Basher, de Frank (Bernie Mac), de Livingston ... ¡vamos!, de todos los personajes de la tropa que no fueran los guapitos de cara más conocidos. Es cierto que los protagonistas siempre han sido los personajes de Clooney, Pitt y Damon, pero el resto de los "once" eran cruciales para el éxito de esta saga y aquí es que ni aparecen o no se les da la importancia o las escenas que merecen. En su lugar se le da un protagonismo desmedido a los recien llegados Vincent Cassel (sin duda la peor incorporación) y Catherine Zeta-Jones (que ésta un pelín mejor, pero para nada creíble como agente de la Europol ya que parece estar modelando continuamente) con minutos y minutos empleados en sus personajes que son lo peor de la cinta. Y para colmo el trío protagonista parece haber perdido su encanto individual (a Clooney ya le pesan los años como para seguir haciendo de galán y Brad Pitt está rarísimo en este cinta).

Al menos la fotografía y la ambientación siguen siendo excelentes y cautivadoras (esta vez de conocidas ciudades europeas). Soderbergh sigue imprimiendo su toque personal con multitud de planos atrayentes (muchos de ellos cámara en mano). Y la banda sonora es la mejor de la trilogía y se convierte en la absoluta protagonista siendo lo único que destacar.

Entretiene gracias a su narración, no cabe duda. Sin embargo no se disfruta tanto como la anterior al habernos ofrecido un guión carente de frescura, y al no haber sabido explotar con tino y acierto el carisma de sus estrellas (cosa que sí logro la anterior). El encanto que mostraron los actores en la anterior aquí queda algo difuminado.

Lo mejor: La banda sonora. Elliot Gould y Carl Reiner (aunque apenas aparecen).
Lo peor: Vincent Cassel. El empeño por enrevesar un guión con chorraditas.