El aclamado director irlandés Martin McDonagh vuelve a la escena, tras la (en mi opinión) sobrevalorada 'Escondidos en Brujas', con la que probablemente sea la comedia negra del año. En esta película podemos ver claras influencias tarantinianas y del mejor humor inglés (Guy Ritchie a la cabeza), pero a muy lejos del mejor nivel de este tipo de cine, a pesar de ello la propuesta es más que notable, con personajes rocambolescos y situaciones disparatadas que conseguirán sacarnos más de una sonrisa. Es de admirar el talento que puede tener un hombre como Martín que el mismo se guisa el guión y la dirige, un talento que por otra parte creo que aún puede dar mucho más de sí. Tras él lo que nos encontramos es un reparto genial (indispensable en la comedia negra) en cabezada por un Colin Farrell en su mejor nivel, un Sam Rockwell sorprendente, divertido y en plena forma, un genial Woody Harrelson y un maestro como Christopher Walken. Guiones inacabados, secuestro de perros y psicópatas son los ingredientes en una de las revelaciones del año.