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Voto de RagingSergio:
5
Drama Galicia, años 40. Al mismo tiempo que sortea los rigores de la posguerra, Elena (Verdú) y su hijo Lorenzo (Roger Princep) mantienen las apariencias para ocultar los secretos de la familia: Elenita (Irene Escolar), la hija adolescente, se ha fugado embarazada con su novio Lalo (Martín Rivas), un joven fichado por la policía; y su marido (Javier Cámara) vive oculto en un hueco practicado en el dormitorio matrimonial. Por si fuera poco, la ... [+]
1 de septiembre de 2008
10 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace poco más de un año tuve la oportunidad de leer el conjunto de relatos homónimo de Alberto Méndez, la única obra literaria de la vida del autor. Descubrí un libro repleto de historias inteligentemente entrelazadas, silencios que hablaban, de una plasmación sublime de la desesperanza y de la ausencia de destino, de la dignidad de los vencidos y del derecho a rendirse con honor. Sin lugar a dudas de los mejores libros de los últimos años.

Y como no podía ser menos llegó la inoportuna adaptación cinematográfica. Y digo inoportuna porque una obra así se merecía haber estado mucho más tiempo en la memoria de sus lectores antes de pasar por la gran pantalla. Para mí lo que es sin duda uno de sus errores más garrafales no es otro que escoger un solo relato (de los cuatro que tiene el libro) para intentar captar la esencia del conjunto. Una equivocación imperdonable ya que las historias de “Los girasoles ciegos” se complementan a la perfección y sólo alcanzan su maestría combinados e interconectados.

La propuesta de José Luis Cuerda es individualista, contraria al espíritu de la novela de Méndez. Dónde la película se centra en el contexto familiar de una familia perseguida, el libro va más allá y pretende ser un continuo fluir de voces anónimas que narran la dignidad de los vencidos, el honor de la derrota y el coraje de la rendición. Los actores parecen asustados ante un texto que se les escapa de las manos y al que no logran en ningún momento alcanzar en su complejidad. La película apunta directamente a los lugares comunes de la contienda española y se hincha de tópicos que no aportan nada aparte de un dramatismo poco creíble y en ocasiones bastante aburrido.

Las párrafos escritos desde la memoria y el corazón por Alberto Méndez perdurarán mucho tiempo como una de las mejores obras literarias sobre la Guerra Civil española. La película de José Luis Cuerda no hace nada más que engrosar la lista de ejemplos de adaptaciones innecesarias y mediocres y vuelve a poner en evidencia el escaso poder que tiene en ocasiones la imagen cinematográfica frente al poder evocativo de la memoria.

"Sólo recuerdo la emoción de las cosas y se me olvida todo lo demás. Muchas son las lagunas de mi memoria, pero más los recuerdos de mi historia." Antonio Machado
RagingSergio
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