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Voto de RagingSergio:
10
Drama. Thriller República Democrática Alemana, año 1984. El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), un hombre solitario, es un competente oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la RDA. Sin embargo, cuando le encomiendan que espíe a la pareja formada por un prestigioso escritor (Sebastian Koch) y una popular actriz (Martina Gedenk), no puede ni siquiera imaginar hasta qué punto ... [+]
21 de agosto de 2007
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una fría tarde de domingo. Como todas las semanas me dispongo a ir al cine. Ésta no tengo muy claro que ver. Me decido por una película llamada "La vida de los otros". Es alemana. Es sobre la stasi. "Buff que pereza" pensé. Me animo y acudo al cine a verla. Me acomodo en mi butaca, la película comienza.

Al principio no me entusiasma. Es fría, distante...es alemana. Decido darle una oportunidad porque tengo una intuición y me meto en la historia que me están contando con los cinco sentidos. Poco a poco la trama me va atrapando sin saber muy bien por qué. Me cae bien el protagonista, le veo cara de buena persona. No apruebo lo que hace pero siento lástima por él. El ritmo de la película aumenta, se hace más y más intenso. Empiezo a comprender que estoy viendo algo que empieza a ser grande.

Entiendo lo que me están contando. Empatizo con los personajes, son verosímiles, creíbles, llenos de una humanidad que duele. Me sumergo en la soledad del agente secreto. Yo también me pongo los cascos. Yo también me obsesiono con la vida de los otros. La atmósfera es magistralmente conmovedora.

La historia avanza y está a punto de concluir. Ya puedo empezar a decir que, definitivamente, ha tocado mi fibra sensible, pero todavía no puedo predecir que me espera algo grandioso al final. La película quiere terminar pero se demora, sin lugar a dudas sabe que lo bueno se hace esperar. Por fin llega el final y contemplo uno de los desenlaces más demoledores que he visto en una pantalla de cine. Sin grandes giros argumentales, sin efectismos. Simplemente el poder de una frase dicha en el momento adecuado por la persona adecuada. Fundido brusco a negro, al director le gusta Bertolt Brecht, de eso no cabe duda. Silencio, no reacciono durante al menos un minuto. Mi ser se estremece. Acabo de ver una obra maestra del cine. Ojalá todos los domingos fueran así...
RagingSergio
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