Puede que sea el nivel de contaminación del aire, la exigencia social o la constante amenaza de sus vecinos del norte, pero el caso es que la ficción coreana alcanza unos grados de crueldad que difícilmente encuentras en la producción de otros países.

En este caso tenemos una historia sobre venganza, en formato casi de culebrón, que recuerda bastante a "Oldboy" (un incidente del instituto que genera una venganza) o la Trilogía de la Venganza, donde también vemos más elementos de series como "Estamos muertos" y similares respecto al acoso escolar. Allí el bullying (en la ficción al menos) es, simplemente, otro nivel. Y ojo, siempre de arriba a abajo, allí el pijo-rico no es el que se lleva las collejas, sino el que las reparte, dejando a la gente sin recursos como escoria que no le importa a nadie (policía, directores, profesores). Si tienes dinero, pase libre. Y los otros pobres a aguantar, hasta que revientan. Te van a dar ganas de morder el sofá.

En cualquier caso, thriller muy recomendable, engancha, genera interés, tiene buenas dosis de crítica ácida e "hijoputez", y merece la pena, mucho más que la condescendencia aburrida y llena de hormonas de series como "13 razones".

Qué malos son los coreanos. Pero qué buenas series hacen.