Entre las parodias, hay películas buenas y películas malas. Aún cuando se las infravalora porque suelen ser cintas con una historia principal muy sencilla, o decididamente inexistente, lo que realmente le da vida a este tipo de cintas es la sucesión ininterrumpida de sketches que trufan cada película, haciendo que en algunas ocasiones en cada visionado encuentres un chiste que no habias visto las veces anteriores.

Hacer una película de este estilo, en contra de lo que piensa mucha gente, es tremendamente difícil, y es bastante sencillo caer en el ridiculo. Esto último es lo que pasa con Vivancos 3, que el guión, decididamente flojo, no da la talla ni en el fondo ni en la forma, haciendo que la película sea indefendible por los actores, que tampoco hacen demasiado por defenderla. El caso del Gran Wyoming es especialmente sangrante, pues lleva haciendo el mismo papel desde la transición, da igual que haga de angel o de demonio, su actuación es siempre la misma. El único que se salva de la quema, y no demasiado, es Juan Luís Galiardo, que tampoco es que se esfuerce mucho, pero que tiene un par de momentos que, forzando algo el término, podrían ser considerados como cine.

Y yo me pregunto, ¿este bodrio recibiría subvención del Ministerio De Cultura?. Cada día estoy mas convencido de que no se deberían conceder subvenciones a fondo perdido a los "cineastas", porque llamar a esto cultura, es, decididamente, un insulto hacia la cultura.